En la Sombra del Pasado

Desesperación

-¿Ves que fácil era? No había necesidad de llegar a todo esto —Arata le tiró las esposas anti chakra— tienes tres habilidades y las tres son una molestia póntelas ahora.

-No lo hagas Hikari, si lo haces todo estará perdido. —Habló Kohaku— tienes que irte, no tengas miedo y no te preocupes por nosotros

-¿Como puedes decirme eso? Todo esto en mi culpa.

-No Hikari –Habló Mitsue– si hay una culpable soy yo, por mi culpa está libre y estoy pagando el precio de mis decisiones.

-¡CÁLLATE! —Arata me dio un golpe en el rostro— no estorbes más, si no te callas mataré a todos aquí y ahora

-¡MITSUE! —Gritó Kohaku—

-Ponle las malditas esposas a Kohaku, ya estoy aburriéndome de esto ¿Que mas quieres que haga Hikari? ¿Vendrás o no?.

-Usa tu energía violeta... —Pidió Kohaku—

-Yo que tú no lo haría —Intervino Isao— con lo débiles que están todos aquí les crearás una deficiencia y tus amigos serán los más perjudicados.

-¡NO DEJES QUE TE MANIPULEN! —Pidió Hiro— nada de esto es culpa de nadie si te tienen será el fin de todo.

-Que molestos —Arata caminó hacia Hikari y recogió las esposas del suelo— póntelas, mientras más tiempo pierdas más difícil será salvar a Kohaku nada de lo que hagas podrá detener su sangrado si nos atacas morirá y lo sabes bien.

-Lo siento, por todo... nunca quise que llegara a esto —Hikari tomó ambas esposas y se las colocó— no quiero que mueras Kohaku, no lo soportaría a pesar de todo y de lo que seamos yo... yo te amo

-No lo hagas...

-Muy tarde, esto ya se decidió, Isao véndalo nos iremos a la hoja

-¿No debería matarlo?

-No... tengo algo más preparado para todos —Una sonrisa apareció en su rostro— es hora de irnos, tengo un ninja que puede transportarnos a la hoja no será un viaje largo.

(...)

—Tenten observaba el atardecer desde la habitación— Lloverá y no será cualquier lluvia.

-Hola querida ¿Me extrañaste?

-¿Que quieres Arata?

-Estoy empezando a pensar que fue mala idea traerte un regalo, uno muy especial.

-¿De que estás hablando?

-Tráiganla —Ordenó—

-Mamá...

-Hikari...  —Tenten de inmediato abrazó a su hija—

-Lo siento, lo siento mucho – habló entre lágrimas— Matsu-sama esta muerto y es mi culpa, casi mata Kohaku y no pude...

-¿Que dices? No, no no es tu culpa —Dirigió su mirada llena de odio a Arata—

-Esa mirada, amo esa mirada en ti —Arata sonrió y se acercó a Hikari arrancándole el collar que tenía puesto— supongo que fue un regalo, ya no lo necesitarás más, ya te diré mis planes para ti, pero quiero contarte una historia, conocía esas cuevas por donde entraron a la cascada, fue mi escondite por un tiempo... ¿Has pensado porque eres hija única? Eso es gracias a mi realmente

-¿A que se refiere?

-Cállate Arata, no sigas

-Debe saberlo ¿No? Hace quince años maldije a tu mamá pero por no obedecer active su maldición es un milagro que esté viva, pero si hubo un daño y ese fue el que ya no puedo era tener hijos.