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Hoy, domingo, me preparé bien, no es algo que no haga a menudo es solo que esta vez es una ocasión de suma importancia; me tomé un baño, me arreglé, me vestí, me volví a arreglar. Recogí mi pedido de un ramo de flores en la que contenía una variedad de flores naranjas amarillentas que hace días solicité. Entre ellas, los llamativos castaños de Australia, clivias, crossandras y algunas cuantas más. Todo muy detallado, pero no muy excesivo, en mi humilde opinión.

Ya había trasladado mis pocas pertenencias a mi nueva vivienda, me mudo al piso vecino de un agradable pelirrojo en el segundo piso. Me pregunto cómo reaccionará...

Llegado al destino, se acomoda la vestimenta luego el cabello y por último llama a la puerta, algo nervioso. La puerta de abre de par en par. Ahí estaba su persona, que en tan poco tiempo de conocerse ya tenía su corazón conquistado.

—¡¿Pero qué rayos?! —estaba sorprendido al abrir la puerta del todo cuando se dio cuenta de quién era. Y es que antes el pelirrojo se preguntaba que quién sería a estas horas y porqué en este día del fin de semana.

—¡Hola, soy tu nuevo vecino! ¿Cómo estás?~ —le saludaba de manera sonriente mientras tenía el ramo de flores suavemente agarrado y mostrándolo a la altura de su pecho. En ella se mostraba una tarjeta muy peculiar donde destacaba el nombre de ''Mo'' impreso en grande. El pelirrojo en nada entendió para quienes eran.

Mo Guanshan no podía describir su reacción en ese momento, estaba muy perdido. Y es que el pelinegro traía un ramo de flores de su color favorito, con una variante de otros complementos. No era del todo necesario, pensó. Pero, de cierto modo, eran muy bonitas.

—¿Nuevo vecino? [¿Va a ocupar el lugar del señor que se fue hace nada de aquí?] Y qué rayos hace usted por aquí?

—¿Usted? Llámame Hetian como normalmente, somos casi de la misma edad —le decía mientras le entregaba el ramo de flor, que fue aceptado con éxito ya que el pelirrojo estaba algo más distraído en la conversación (o no sabía cómo reaccionar que solo lo aceptó en silencio) y lo mantuvo en su brazo así durante un tiempo más—. [Pensé que lo iba a rechazar]

—Sería una falta de respeto ahora que lo pienso... Siento no haberle llamado por usted todo este tiempo. —se decía rascándose la nuca como muestra de arrepentimiento.

—Qué va, por mi fáltame todo el respeto que quieras~

—¡Señor! —decía molesto, pero solo estaba avergonzado.

—Oye... que me llames así me hace sentir viejo... —intentaba causar pena en este—. Llámame por mi nombre ya que somos vecinos, ¡me haría muy feliz!

—¡Cierto! Entonces ya me da igual —bromeaba, parecía un gesto de cercanía que le provocaba al contrario un ambiente más acogedor.

—Qué lindo jajaja.

Y es que el pelirrojo era tan perfecto ante sus ojos...

—Pero antes de dirigirme por normal de verdad, podría responderme a la anterior pregunta, ¿por qué justamente aquí?, me parece algo casualmente extraño...

—Claro, solo quería cambiar de aire, donde vivía antes era demasiado grande y vacío. Pero especialmente vine aquí por ti. 

Vaya si es sincero.

—Jaja que tonterías dices, bueno me es válido. Y... a sido muy amable por el ramo, no era necesario —comentaba mientras lo dejaba en la mesa que tenía junto a la puerta—. Lo pondré en un jarro en cuanto pueda.

—[Así que sí se percató...] —pensaba alegre mientras le negaba la cabeza—. Claro que era necesario.

—[Tonto mocoso] Ay, dios, y cómo se me pudo olvidar, ¿quiere entrar a tomar algo?

—¿Puedo?

—Claro, vecino —le decía con una amistosa sonrisa—. Estás más que invitado.

El corazón del azabache empezó a latir aceleradamente.


En la parada del metro [19 Days] (TianShan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora