—[Hubiera sido muy problemático si me hubiera quedado, tarde o temprano vendrán a buscarme] [Realmente me apetecía quedarme, ¿habré sido muy patético el irme así por así? Apenas llegué a decirle el gracias... Encontraré el momento perfecto para devolverle la ropa y agradecerle de la mejor manera posible todo lo que ha hecho por mí]
—Sr. Tian, vengo a llevarte a casa, sube al coche, por favor —indicaba un subordinado, aparentemente uno de los chóferes de los suyos que hace rato avisó para que viniera a recogerle, que de la nada salió, conduciendo un elegante coche negro.
El azabache entró al coche, y se echó a un lado. Recostado en el cristal del coche, poniéndose a ver el poco tráfico que había a estas altas horas de la noche.
[...]
—Ya llegamos, señor.
—Bien, gracias.
Y por primera vez en mucho tiempo; interesado en el mundo, alzó la cabeza al cielo oscuro, donde una luna llena, acompañada de innumerables estrellas a su alrededor, lo contemplaba a lo lejos.
—[¿Soy yo o la luna de hoy está muy bonita?] [Me pregunto que estará haciendo ahora...]
Al desbloquear la puerta de su departamento, anduvo hasta su gran sofá y se desplomó allí. Cansado pero a la vez exageradamente feliz por haber conocido a tal personita hoy, cayó en un profundo sueño.
[...]
—[¿Se habrá ido a su casa? Si eso fuera cierto, ya habrá llegado, ¿no?] [¿Debí plantearle esa propuesta? Ahora que lo pienso fue muy repentino... pero me salió solo...]—. ¡Ash!
El pelirrojo estaba en plena crisis mental revolcándose en la cama de un lado a otro, preguntándose la situación actual del pelinegro, de quien sólo sabía unas cuantas cosas de las cuáles no le servía de nada para llegar, al menos, a saber algo de su paradero; o mejor aún, de él.
—[Guapo, rico y divertido... Parece un tipo simpático en las noticias que alcanzo a ver por las mañanas, pero en persona lo es aún más. Ha sido agradable conocerlo, pero la forma en que hemos llegado a encontramos no lo ha sido en absoluto... ¿Cómo es que llegó a tomar esa decisión? ¿Qué estará haciendo ahora?]
Las dudas que le surgía a cada rato no le ayudaba en lo más mínimo a tranquilizarse. Pero, por suerte, al cabo de un buen rato pudo al fin lograr dormirse.
A la mañana siguiente, hizo lo mismo que en las otras incontables veces.
Pues, cansado de la rutina y decidido a tomarse otro día de descanso, avisó de nuevo a uno de sus compañeros de trabajo.
—¡¿Otro día de descanso?! ¿Sigues enfermo?
—Sí, un poco... —Se le hacía mal mentir otra vez, pero aquella vez fue por una buena causa.
—¿Y por qué no avisas al jefe directamente? Ayer se enfadó bastante al enterase de eso a través de una segunda persona.
—[¿No es demasiado maduro para superar eso de una vez por todas?] Está bien... en verdad ya me siento mejor, iré al trabajo hoy...
Bueno, hablemos del jefe del pelirrojo... Guapo, de estatura alta y con un buen rango social. Tiene el color del cabello plateado, casi blanco, y es apodado por muchos como el "Sr. She li", que significaba "serpiente".
Se había percatado últimamente de que el jefe no paraba de acudir al él para todo, y no cree que es sólo porque era bastante inteligente, sino que podría ser por otras razones del cuál prefiere no intuir.
—[Al principio pensé que solo necesitaba un poco de ayuda, pero ya ha pasado bastante tiempo desde que anda llamándome para que le solucione algún que otro problemita que cualquiera de sus otros trabajadores podía solucionar, ¡o incluso él mismo!] —se paró a pensar mientras se preparaba para la salida—. [Tanto así que se enfada si le rechazo alguna propuesta, es por eso que le cogí un poco de miedo el acercarme demasiado a él. Y no es que sea una gallina, simplemente parece que tiene intenciones ocultas...]
De un momento a otro, acabó por llegar al trabajo después de tomar el metro. Aunque, en todo ese trayecto, estuvo recordando todo lo ocurrido ayer, un tanto preocupado.
—[¿Cómo me aseguro de que está bien? Arrgh, esto es muy frustrante ¿por qué no puedo pensar en otra cosa aparte del "cómo estará el señor Tian?" ¡Ni siquiera me incumbe!]
—Te veo preocupado, ¿te encuentras bien?
—¿? ¡Ahh! ¿Sr. She li? —sorprendido tras el susto, le respondió—: Sí, me siento mejor, gracias, jefe.
—No contestaste mis llamadas ayer. Me tenías preocupado. No pasó nada ¿verdad? —interrogaba el señor She li.
—Lo siento, tenía el móvil apagado y no, no pasó nada realmente —se excusaba un poco incómodo—. Y, perdón por la ausencia de ayer, lo compensaré trabajando horas extras si eso es lo que se me manda.
—Recién te recuperaste, no hace falta trabajar tan duro nada más llegar, tómatelo con calma y si necesitas algo, llámame.
—Muchas gracias, jefe.
—No es nada —respondía con una sonrisa.
—[Hmm, se me hace que la sonrisa del Sr. Tian es más linda que la de mi jefe... Espera, ¡¿qué con ese pensamiento?!]
Y, esas son las alarmantes preguntas sin respuestas que a uno no le dejaba concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera en eso.
ESTÁS LEYENDO
En la parada del metro [19 Days] (TianShan)
FanficTodo remonta en un intento fallido de suicidio por parte de un joven emprendedor, en el que conoce a un peculiar pelirrojo, quien, sin saber cómo y por qué, acabó por acompañarle en su vida rutinaria. ¿Será que este encontró, por fin, la razón de su...