III

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"—¿Sólo será una noche?—me preguntó, mientras me sostenía con más fuerza.

Su pregunta me hizo reaccionar, estaba tan cegada ante la situación que no recordaba que sólo habiamos convivido esa vez.

Aunque no podía mentir, yo también quería algo más con él. A cualquier persona con una pizca de sentido común le gustaría quedarse con él al menos una noche más.

No pienses en eso ahora, ¿si? —tomé su rostro con ambas manos, inclinándolo hacia mí y besándolo con intensidad, sin saber si lo volvería a ver otra vez, al menos en persona, dejar de verlo por completo no sería posible, considerando que era increíblemente famoso."

...

—Señorita Lissette, ¿está bien? —habló Anri, acercándose a mí entre la multitud.

La miré algo desconcertada, pero le asentí. —Sí, todo bien... vamos.—

Le sonreí suavemente, mientras caminaba con ella con cuidado, saliendo de ese gran grupo de gente.

Haberlo visto descontroló mis sentidos. Recordé todas las experiencias que pasamos juntos una vez, pero él parecía no haberse percatado de mi presencia.

Con ellos nos subimos a una camioneta algo grande y nos dirigimos a el hotel donde nos hospedaríamos. Estaba cansada de viajes largos, en ese punto sólamente quería irme a casa y descansar abrazada a Shidou.

Lo cual me hizo recordar que tenía que llamarlo al llegar, pero prefería hacerlo cuando estuviera sola ya que me ponía algo incómoda hablar por teléfono en público.

Por la ventanilla polarizada del auto veía el ambiente de Chicago. No podía esperar para ir a alguna playa y relajarme algún rato.

La ciudad era pacífica, pero era enorme, por lo tanto tardamos al menos media hora en llegar al hotel. Estaba exhausta, aunque el viaje fue corto, gastó gran parte de mi energía.

—Señorita Lissette, ya llegamos al hotel. —escuché una voz a mi lado, haciéndome salir de mis pensamientos repentinamente.

Miré a mi alrededor y pude ver por la ventana un gran edificio con una multitud de gente esperando afuera de este.

—No pensé que habría tantas personas aquí... —murmuré mientras Anri me entregaba unos lentes de sol para protegerme de los flashes que llegarían a mi rostro en unos segundos más, los cuales me coloqué lo antes posible.

Anri me sonrió suavemente al escuchar lo que dije y bajó de el vehículo primero, rodeando el auto y abriendo mi puerta.

Caminé seriamente desde el auto hasta la entrada del hotel, sin quitar mi mirada de un punto fijo. Las parpadeantes luces y murmullos que se oían a mi alrededor me ponían algo ansiosa, la atención estaba completamente sobre mí, y lo más probable es que no tardaran en salir fotos que me tomaron las personas en ese lugar.

Al entrar al hotel sentí mi piel sudar sin explicación, ignorando el hecho que era pleno verano, pero sinceramente me sentí agobiada en esos tres segundos que caminé.

—¿Todo bien? —preguntó Anri, tomándome de los hombros suavemente.

Le asentí con delicadeza, dándole una sonrisa amable.

Luego de unos minutos, subimos hacia mi habitación. Anri me dejó en la puerta de esta y regresó a la recepcion, por lo cual estaba recostada sobre la gran cama, mirando el techo y tratando de relajarme por unos segundos.

Mi mente volvió a estar activa cuando recordé que debía llamar a Shidou, quien debería estar esperando el llamado que le prometí.

Tomé mi celular y busqué su contacto con calma, lo puse en mi oreja, esperando a que contestara, lo que él hizo de inmediato, espantándome un poco al escuchar su voz de forma repentina.

Getaway Car | Michael KaiserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora