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Probablemente nunca había tenido una resaca así, considerando que el día anterior no había bebido tanto como para tener efectos secundarios.

Mi cuerpo dolía y me sentía cansada incluso después de haber dormido. El agotamiento que me trajo ir a esos premios no se comparaba con nada. Ni siquiera recordaba con claridad qué había sucedido, sólo estaba en mi mente que no había ganado el premio por el que me esforcé durante años.

Me sentía triste, no por las cosas que yo hice, sino, por todo mi equipo y las personas que me apoyaron.

Aunque, mi mente de repente se despejó y estaba recostada en la cama del hotel, viendo las sábanas desordenadas y sin saber cómo llegué al lugar. Lo más probale y posible era que Anri me haya traído, pero era extraño asumirlo sin recordar nada de la noche anterior.

Me senté sobre la cama y ví mi celular sobre la mesita de noche, la cual tenía la pequeña lámpara encendida, generando una suave y cálida luz en toda la habitación, considerando que las persianas estaban cerradas, sin dejar que ningún tipo de luz entase desde el exterior. Sostuve mi celular con ambas manos, sin saber por qué estaba siendo tan cautelosa, y lo encendí, viendo en la barra de notificaciones tenía una llamada perdida de Shidou.

Rápidamente le devolví la llamada y acerqué el aparato a mi oído, escuchando el tono de espera. Al cabo de unos segundos, escuché su voz, la que se notaba algo confiundida.

—¿Shidou?— murmuré, aún sintiendome somnolienta.

¿Cómo estás? fue lo primero que dijo, con un tono extraño y desganado.

—Cansada. Acabo de despertar, disculpa por no llamarte antes—

Escuché un suspiro de su parte cuando me escuchó. —Claro, imagino que debes estar cansadísima.—

Su tono casi fue sarcástico, pero conociéndolo, quizá lo haya hecho inconscientemente, considerando su actitud de siempre. —Sí, aunque todo lo que hice no sirvió para nada.—

Lo que hiciste estuvo bien, sólo necesitas mejorar un poco, así la próxima vez podrás ganar el premio que merecías.—

Quería convercerme a mi misma que su tono era el mismo de siempre y que no estaba molesto por algo, pero era extraño escucharlo así, sabiendo que estuvo emocionado por los premios desde que anunciaron mi nominación.

Hubo silencio por un momento en la llamada, hasta que ya no lo soporté y me ví obligada a preguntar. —Shidou, ¿ocurre algo?—

Hablemos de lo que ocurre cuando llegues, ¿si?

No entendí lo que dijo ¿había ocurrido algo? No habíamos hablado desde el día anterior, y cuando lo hicimos se notaba feliz por mí, no me podía explicar qué era de lo que él hablaba. Siempre que teníamos algún tipo de problema lo hablabamos en el momento, aunque fuese por teléfono, pero en esta ocasión era distinto.

Estaba preocupada por él, quizá le había pasado algo de lo que no quería hablar.

—Oh, está bien... Sobre eso, hoy vuelvo a Los Ángeles.— hablé, tratando de no demostrar mi confusión ante él.

Lo sé. Hablemos después.

Finalizó la llamada, dejándome perpleja. Era claro que estaba molesto, pero no me podía explicar a qué se debía. Tal vez haya tenido un mal día, pero no estaba segura de eso.

Luego de unos segundos, quité mi celular de mi oreja, dándome cuenta de la manera en la que había finalizado la conversación. No lo podía entender.

Getaway Car | Michael KaiserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora