Cuando un lindo programa de televisión educativo preescolar es invadido por una corrupción desconocida o un glitch, su personaje principal Pibby tiene que escapar a diferentes programas animados mientras la misteriosa entidad transforma a los person...
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Aún estábamos en los créditos y mi ojo no podía sentirse peor, creía que estaba por morir, por perder tanto... "eso"
-¡Tú! —De dirigió Alloy Boy a Melira.
—¿Tienes algo para detener el sangrado? —Melira me miró a mi y Alloy Boy desinteresada. Y solo puso los ojos en blanco.
—¿No ves que se está desangrando por tu culpa? —La gata siguió sin responder y Alloy Boy apretó los puños. Creí que la atacaria , supuse que lo detuvo la estática alrededor.
Aparecimos en las puertas de un castillo, uno enorme, lo curioso de ese lugar era que este estaba hecho de dulce.
—Esto es lo más ridículo que he visto —comentó la gata y cruzó los brazos al ver el castillo.
—Tal vez pueda haber algo para tu ojo, vamos —él me sostuvo de la mano, mientras yo aún me estaba tocando mi ojo.
—¡Oigan! ¿A dónde se supone que van? —exclamó Melira después de vernos entrar al castillo.
—Vas a estar bien, solo resiste —Yo ya me estaba empezando a marear y esa "cosa" me estaba dando asco, quería sentarme y descansar, ya estaba sintiendo el deseo de comer que seguro ni lo había sentido antes por toda la adrenalina.
De repente Alloy Boy se escondió tras una pared y me dio una señal de silencio con su mano. Aproveche eso para sentarme y tapar mi ojo con mis dos manos.
—¿Qué es lo que vamos a hacer? —susurro y lo mire confundida, no entendía lo que pasaba, por lo que con la poca fuerza que tenía, me pare y vi lo que había doblando la pared.
Una chica, de cabello rosa, de hecho todo era rosa a excepción de su corona de oro. Le salía la masa negra por la boca y sus ojos estaban blancos, al igual que su cuerpo estaba lleno de oscuridad, miraba a todos lados buscando a quien atacar.
—Podemos esquivarla. —comente, susurrando
—¿Eh?
—Solo necesitamos algo con que distraerla —Dije sin ganas, por la pérdida de sangre.
—Ya sé que hacer…— Melira apareció de la nada y tenía consigo un tablón de madera.
—No puedes pelear con esa cosa, es peligroso —Reclamó Alloy Boy.
—Claro que sí, puedo hacerlo, y lo haré mientras ustedes pasan sin peligro.
—¿Y ahora nos quieres ayudar? ¿Qué tramas?
Nos parecía raro que Melira nos quisiera ayudar, por conveniencia, hace tan solo unos minutos era capaz de abandonarnos con tal de salvarse a sí misma.
—Tal vez quiera disculparse por lo que hizo —Alloy Boy seguía sin creerlo y el solo me fulmino con la mirada.
—¿Los ayudo o no? Después de todo son solo niños, y yo soy el único adulto aquí.
