Galanodel, El Reino Perdido

"Rey de Tolkien"

Tres días han pasado desde que Sila y Silver partieron en dirección a Tolkien, justo antes de su salida fue encontrado el cadáver de la reina y llevado de vuelta a Tolkien, atravesando el bosque llegan hasta los caminos y luego de dos días más de camino llegan a Tolkien

- Majestad, el rey Agnar y la reina Crolia declararon la guerra a Tolkien - Dijo un anciano perteneciente al consejo druida
- Lo sé Víctor, vengaré la muerte de mi madre
- Majestad, debemos evacuar al pueblo a un lugar seguro, los ejércitos humanos vienen por el norte, no podremos enfrentarlos con el pueblo aquí - Habló otro hombre
- Lleva al pueblo a Silvermoon, allí estarán seguros - Intervino Silver
- Con todo respeto princesa, pero ésta es nuestra guerra, no la suya - Volvió a hablar el hombre
- Esta también es mi guerra Kanan, o ¿Acaso crees que los humanos no irán a por los elfos cuando acaben con ustedes?
- Lleven a todo aquel que no pueda empuñar un arma a Silvermoon
- Pero señor, las reglas... - Dijo Víctor
- Los niños no estarán en el campo de batalla, un pueblo no querría a un rey que envía a niños a la guerra
- Avisaré a mi padre para que envié a Cultán y Kaira con algunas tropas para apoyar la salida de los pueblerinos a Silvermoon
- Señor, es comprensible que envíe al pueblo a Silvermoon pero... ¿Y los elfos oscuros? Ellos también implican una amenaza - Volvió a hablar Víctor
- ¿Las ninfas pueden encargarse de ellos? - Preguntó Sila dirigiendo su vista a Silver
- No lo sé - Silver se levantó y caminó unos pasos hacia atrás, se agachó y dibujo un diagrama en el suelo - attom de nil

Unos minutos después el diagrama comenzó a iluminarse y de este comenzó a salir la delgada figura de una mujer con un cetro

- Silver - Dijo la mujer con una leve sonrisa mientras hacía una reverencia
- Cheshire - La joven sonrió y devolvió la reverencia - Cheshire, necesitamos tu ayuda
- ¿Mi ayuda?
- Queremos saber si puedes proteger a mi pueblo por los caminos del bosque negro hasta Silvermoon - Dijo Sila atrayendo la atención de la mujer
- Lo siento... Pero no puedo ayudarlos - Contestó ella bajando su mirada
- Genial, nuestro pueblo será masacrado por los elfos oscuros - Dijo Víctor con ironía mientras todos lo observaban
- Si las ninfas no pueden ayudarnos alguna razón tendrán - Dijo Sila
- Sí, la de vengarse de nosotros por algo que no hicimos - Habló Kanan
- En realidad... Es por un trato con Kael
- ¿Kael? - Repitieron los dos druidas más viejos al unísono
- El gobernante del abismo - Dijo Cheshire - Kael y yo tenemos un trato, yo me mantengo fuera de sus dominios y el se mantiene fuera de los míos así como mantiene a sus elfos al margen
- ¿Puedes hablar con él para que pase nuestro pueblo? - Preguntó Víctor
- No, pero Kael es un hombre impredecible
- Bueno gracias por nada - Dijo Kanan con frustración

La figura de Cheshire desapareció dejando a los druidas y la elfa solos en la sala

- Majestad, sobre su coronación... - Habló Víctor
- ¿Cuando?
- En tres días

Sila asintió y luego salió de la sala junto a Silver, por otro lado en Garrosh

- Mamá, ¿Estás segura de que esto es lo correcto? - Preguntó la joven Drenei
- No - Respondió la mujer secamente mientras veía a su pueblo por la ventana
- ¿No?
- No estoy segura de que sea lo correcto pero...
- Querías venganza por una simple rivalidad - Dijo Harda rodando los ojos
- No es tan simple cómo crees Harda - Dijo la mujer dándose vuelta para quedar frente a su hija
- Como digas madre - Mascullo entre dientes mientras salía de la sala

Los días pasan y con ellos el entierro de Karina, el pueblo estaba destrozada, mientras que los elfos protegían los alrededores del lugar, y dos días más tarde se celebraba la coronación del joven príncipe Sila

- Hace calor, ¿Tú no sientes calor?
- No, solo estás nervioso
- Nunca me habían coronado rey de ningún lugar, como esperas que esté
- Supongo que preparado ¿No?

El príncipe comenzó a caminar en círculos alrededor de la elfa y luego de unos minutos las puertas del lugar se abrieron dejando ver a un guardia

- Majestad, lo esperan en la sala del trono
- Bien ha voy - Dijo el mientras se giraba a Silver - Deseando suerte

Silver sonrió débilmente y luego tomo los bordes de la capa que traía el príncipe y lo atrajo a ella hasta unir sus labios en un corto y tímido beso que dejó sorprendido a Sila durante un corto tiempo y luego lo correspondió

- Suerte - Dijo la elfa por lo bajo mientras lo observaba a los
- Si esta es tu manera de desearme suerte espero que se repita - Habló él mantenido sus cuerpos juntos durante unos minutos

Luego de ese corto tiempo él príncipe fue guiado hasta la sala donde se celebraría su coronación, entró en la sala bajo la mirada de todos y se detuvo frente al encargado de coronarlo

- Hermanos y Hermanas, el día de hoy nos hemos reunido para coronar a este hombre como nuestro rey, Sila De Tolkien

Todas las personas sonreían con alegría mientras que otras bufaban por lo bajo, el hombre se giró y tomó la corona y se volteó a Sila quien se hallaba de rodillas

- Por el poder que me ha otorgado la poderosa Elona, yo Kain De Tolkien, te declaró Sila, rey de Tolkien - Dijo el hombre colocando la corona en la cabeza del príncipe - ¡Larga vida al rey!
- ¡Larga vida al rey!
- ¡Larga vida al rey!

Todos los presentes aplaudían y alababan a su nuevo rey cuando este se giró a todos como ahora el nuevo rey de Tolkien, la ciudad druida, mientras tanto, en Keltalas

- Hoy se ha celebrado la coronación de Sila - Dijo una mujer cerca del oído del rey
- ¿Sin contratiempos?
- Sin contratiempos Agnar
- La elfa estaba con él
- Sí, pero no estuvo en la sala del trono, estaba afuera, protegiendo al pueblo
- Prepárate Hexa, la secuestraremos en una semana y la llevaremos al bosque ante tu rey
- Sí.... El señor Kael estará muy feliz de ver que has cumplido con tu parte del trato
- Espero que él cumpla con su parte
- ¡Oh! Claro que lo hará, el señor Kael es un hombre de palabra

La mujer sonrió y luego desapareció en humo para aparecer al lado de su hermano que observaba todo desde una ventana y le contará lo sucedido en el bosque con los humanos que habían llegado hasta la ciudad.