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Tomaste tu café recién preparado entre tus manos, empezar de esa forma el día antes de cumplir con tus labores de héroe era como una terapia que solías haces todas las mañana.
Algo que te encantaba.
Más aún por el buen café que servían en la sede, agradesiste al spiderman que te atendía, diste vuelta para sentarte en una de las mesas vacías, querías descansar y disfrutar de aquella paz antes de que tu comunicador sonara avisando alguna inquietud en tu universo.
Ya se cumplirían tres meses desde que te uniste a esta organización arácnida, al llegar aquí no paraban de sorprenderte al ver tantas variables de otros universos y con el paso del tiempo te llevaste bien con ellos, tanto así que a veces, en los entrenamientos te juntabas con algunos de ellos para aprender nuevas tácticas que han servido de mucho en tu lucha contra el mal.
Al terminar tu café te levantaste para tirar los residuos, empezaste a caminar con la idea de encontrarte a Pavitr o Hobie pero ni bien diste tu primer paso cuando ya estabas volando por el aire y tu cintura rodeada de una telaraña naranja.
Sonreíste alzando la mirada encontrándote a aquel hombre que te volvía loca con su presencia, te cruzaste de brazos sin dejar de mirarlo.
- ¿Me estás secuestrando Miguel?
Preguntaste mientras aún seguías por el aire, moviéndote a causa del antes nombrado quien, por lo que suponías, iba a su sala de control.
- ¿Cómo voy a robar algo que es mío?
Escuchaste de su parte, reíste con un tono rosado en tus mejillas. Ese detalle tampoco se podía pasar por alto.
Miguel y tu llevaban dos meses saliendo como pareja, después de lo que pasó esa noche en aquel edificio y un baile perfecto, tardaron unos días en dar el siguiente paso pero lo lograron y ahora eran una linda pareja además del centro de conversación de la mayoría en la sede pues quien creería que el amargado jefe que tenían podía haberse enamorado.
Al llegar a su destino, el te atrajo hacia su cuerpo quitando sus telarañas de ti y en cambio depositando sus manos en tu cintura.
- No me avisaste de que vendrías. -habló quitando su máscara-. Pero me alegra que estés aquí.
Sin esperar mucho más te acercaste a sus labios besando estos, algo que Miguel no dudó en corresponder. Aquello estaba subiendo de tono, las manos del contrario bajaron hasta llegar a tu trasero el cual apretó mientras te acercaba aún más a él, a causa de eso un gemido salió de tus labios.
