Anhelo

2K 214 66
                                    

“¿Quién mejor que WanYin para cuidar a XiChen? Cómo su omega destinado es lógico que te harás cargo de él ¿Verdad?”

Había iniciado como una orden disfrazada de petición de parte de Lan QiRen, a la cuál, por supuesto, no pudo negarse realmente.

Porque después de todo ¿Para qué estaba en el clan Lan sino para ser de utilidad?

Los ancianos de su secta le habían grabado a fuego que cualquier deseo de su alfa o de la familia de este, debía de ser tomada como una petición y cumplida como una orden.

De lo contrario, sería una vergüenza a la buena educación que tuvo acceso como omega.

Vive para servir.
Sirve para vivir.

Así es como debía de ser.

Los omegas tenían una función fundamental para la sociedad que no podía ser tomada por ningún alfa o beta.

El asegurar el linaje dando herederos fuertes y sanos, educar a dichos herederos, hacerse cargo de la casa, secta o manada, pero sobre todo, sus  principal función era ser de utilidad para sus alfa.

La naturaleza se había encargado de darles aromas atrayentes, apariencias delicadas y la capacidad de dar a luz junto con un instinto maternal nato. Y si aún con todo ello no eran capaces de manter al alfa que los había elegido a sus lado, serían una desgracia como omegas.

Un omega que no podía servir a su alfa era un omega defectuoso.

Así que él, con quién evidentemente la naturaleza no había sido amable en cuanto olor, apariencia y carácter, debía de esforzarse el doble o el triple si no quería ser tachado como defectuoso y deshonrar a su familia.

Así que realmente no.

En tierra extranjera, no tuvo otra opción más que fluir con la corriente y esa corriente era el omega mayor.

Por sentido común, debía de ponerse del lado bueno de la madre de su alfa, de eso dependía cuán bien le iría en su matrimonio y dado que la madam no estaba, el puesto pasaba a ser de Lan QiRen.

Y si Lan QiRen quería que se convirtiera en el sirviente de su sobrino, sirviente sería.

Pero era realmente agotador.

No hablaba de los oficios en sí, después de todo fue bien versado en las tareas del hogar; podía barrer, trapear, ordenar, limpiar, lavar, cocinar, servir, y un largo etcétera sin problema alguno.

Su cansancio era más a nivel mental.

El de un momento a otro pasar de no convivir con el alfa a estar pendiente de este todos los días  fue... Abrumador, por decir lo menos.

El no saber en dónde trazar una linea para que el alfa no se molestara con su presencia hacía que sus nervios lo traicionaran y más a menudo de lo que necesitaba se encontró cometiendo pequeños errores frente al alfa quién divertido soltaba unas cuantas risas —cuando pesaba que no lo veía—, al verlo fallar.

¡Sumado a eso a veces Lan XiChen hacía o decía cosas que en definitiva no sabía cómo responder!

“¿WanYin también cocinaba para mí antes? Qué afortunado”.

“Las manos de WanYin son bonitas”.

Ven aquí, toma un descanso junto a mí”. 

¿¡Qué con eso!?

¡Ugh!

Si no fuese cultivador, entre él y un panda no sabría quién tendría más negro debajo de los ojos.

La obsesión de un Alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora