—A-Cheng —Yu ZiYuan tomó a su pequeño hijo y lo hizo sentarse delante de su tocador, soltó su pequeño moño y comenzó a pasar sus dedos entre sus cabellos— Querido, mírate —sujetó su pequeño rostro y lo hizo voltear al espejo— eres un gran tesoro, el más valioso de todos.
—¿Lo soy? —Los ojos de Jiang Cheng brillaron con ilusión mientras veía sus reflejo. ¡Si su mamá lo decía entonces era verdad!— ¡¿Y seré tan bonito como A-Niang?!
—Por supuesto —le sonrió a través del espejo— cuando tu cuerpo se desarrolle —pasó sus manos sobre el pequeño cuerpo de su hijo— serás tan encantador como mamá. Tendrás piernas largas, una piel clara sin imperfecciones, cabello negro y sedoso, una voz cautivadora y sobre todo belleza. Serás hermoso.
—Ooh —Jiang Cheng se maravilló ante lo dicho.
—¿Y sabes por qué, A-Cheng?
—Ahah —negó con la cabeza, esperando que su madre lo iluminara.
—Bueno, eso es porque tu madre dió a luz a la joya más preciosa que tendrá el clan Lan —declaró orgullosa.
—¡Oh, mamá es tan genial! —exclamó volteando a verla.
—Mh, así es —asintió mientas acunaba su mejilla— mamá hizo lo que nadie más pudo y por eso tú —lo vió directo a los ojos para asegurarse de transmitir su mensaje—, A-Cheng, tú debes de ser bueno para que mamá esté orgullosa. ¿Harás feliz a mamá?
—¡Lo haré, te lo prometo! ¡Seré el mejor omega de todos los tiempos para mamá!
—Eso espero.
Yu ZiYuan le depositó un beso en la frente y asintió satisfecha.
—No hagas promesas que no puedas cumplir —resopló levemente.
En retrospectiva, era más fácil decirlo que hacerlo.
Juntó sus labios en una mueca y se tiró sobre su cama.
XiChen le había mandado la flor tradicional pero él todavía no le había podido corresponder el gesto y eso lo tenía muy estresado.
Es decir, lo intentó, sin embrago siguiendo su mala suerte todos sus intentos de agradecimiento terminaron siendo un completo fracaso.
Todos y cada uno de ellos.
Primero intentó ir con algo que según él, al menos le quedaba decente y era la comida. ¿Qué mejor que llevarle una plato típica de su tierra? Aún mejor, su platillo favorito. A su pensar serviría para que también conociera sus gustos (y quizá en un futuro compartirlo juntos)
Por desgracia demasiado emocionado no midió el hecho de que tenía varios condimentos y Lan XiChen no probó ni un solo bocado.
De hecho, con solo olerlo quedó descartado.
Según él había disminuido la cantidad para que no hubieran problemas pero falló, así que se disculpó por su grave error. Sin embrago no se rindió, tiempo después a modo de disculpas hizo bocadillos —aprendido de los propios cocineros de ahí para que los pudiera comer— y se los dió.
También les dió a Lan QiRen y Lan WangJi, e incluso confiando en sus habilidades también al consejo.
Se emocionó cuando la respuesta fue positiva y lo elogiaron diciendo que sabían muy bien.
La emoción se esfumó cuando vió a la clase de los juniors comerse el plato entero que se suponía era de Lan XiChen.
Al ver que quizá la comida no era el camino intentó una nueva ruta; poesía.
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La obsesión de un Alfa
De TodoLan XiChen y Jiang Cheng son comprometidos desde niños. XiChen, al no poder escoger su destino, crece teniendo cierta inconformidad al respecto. Por otro lado, Jiang Cheng crece teniendo cierto amor platónico por el contrario. Luego de varias circun...