Misterios

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Narrador

En una parte aislada de la colorida y alocada Syera, se encontraba un lugar sin vida, donde toda vegetación perdió vida, la tierra era infértil y solo había muerte. En esa zona había un casa gris, donde vivía la familia Verena.
5AM el día inicio para el padre de la casa, el Sargento Blain Verena. Como todos los días se levanto de la cama y fue a la cocina donde estaba su hijo mayor Matías, quien le preparaba el desayuno callado.

—buenos dias—saludo el padre. Un hombre de mas de cincuenta años, pero que se conservaba bien gracias a la poca agua que habitaba su cuerpo, lograba verse mejor que un hombre de cuarenta, su cabello era negro y sus ojos eran negros, de mirada fría, rasgos que le heredo a su hijo.
—buenos dias señor—saludo su hijo fríamente, dejo el desayuno en la mesa y procedió a hacerse el suyo.
—¿como te va con la investigación?—pregunto el Sargento mientras devoraba su comida—¿hay progresos?—añadio.
—si señor—dijo con una voz apagada.
—me alegro—dijo y se dispuso a ver las noticias en su teléfono.

Un delicado bostezo se escuchó, lo cual alerto a los caballeros y el tenso ambiente se disipo a la vez que una adolescente, de cabellos dorados, baja estatura y ojos cerrados impidiendo ver sus orbes de color desconocido para los mayores, se presento en la sala.

—buenos dias papá—saludo Yuna, la hija menor de la familia y princesa consentida.
—buenos dias—dijeron los hombres al unísono.
—Yuni ¿qué haces despierta a esta hora? sabes que podes dormir un poco más—dijo Matías, con un tono mas amable y cariñoso, como todo buen germano mayor, por lo menos bajo la critica mirada de su progenitor.
—me desperté sola—respondió la joven sentándose en la mesa frente a su padre.
—bueno corazón lávate la cara y tú—se dirigió a Matías—prepara su desayuno—dijo con una voz mil veces mas dulce que la frialdad con la que le habla a su hijo.
—si papá—respondieron los hermanos y cada uno hizo lo que se le ordeno.

Rápidamente el sargento termino y se fue al trabajo haciendo que por fin Matías expulsó toda la tension que tenía acumulada.

—por fin—dijo Matías para si mismo y relajo los músculos, tronando su espalda y brazos.
—weeeee, estas re viejo—dijo la hermana sentándose en la mesa.
—ay cerra el pico—le puso el cafe con leche junto a una tostada enfrente de ella.
—gracias—dijo y comenzó a comer.
—yo la verdad no entiendo por que siempre tenes los ojos cerrados, no sos un personaje de anime sabes—dijo mientras tomaba su té.
—queti—respondió la adolescente de 15. Dejando al mayor impresionado.
—¿donde aprendiste a hablar asi?—levanto una ceja.
—queti—volvió a responder con una sonrisa.
—te odio—dijo y la chica sonrió.

Asi eran las mañanas, grises, frías, pero que siempre terminaban con calidez.
Llegaron las 7AM y el chico llevó a su hermana menor a la escuela y volvió a su casa a seguir leyendo libros de magia.

Narra Matías

No me di cuenta de la hora hasta que sonó mi celular, era un mensaje de Yune.

Rarita 💖
Hola feo
Voy a quedarme con mis amigas
y lo mas probable es que comamos por ahi
Voy a volver a las 7 por ahi
Ya le pedí plata a papi por mp
Nos vemos hiena

Esta mocosa...


Bueno
molesta
No vuelvas a casa sola
Llama si necesitas que te busque

Rarita 💖
Siiiiiii
Pesao
Sticker

Deje mi celular y continue con mi lectura, estos eran los mejores momentos, solo en casa, sin presiones, aun que aun debo matarme la cabeza estudiando propiedades de aguas, hiervas, ahhhhh, uno de estos días me va a explotar la cabeza.
De pronto mi celular volvió asonar, esta vez era un mensaje del Jonny.

Crónicas De SyeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora