Contrato

17 1 0
                                    

Hace 3 años y 7 meses

Algo anda mal...
Algo anda mal...

Zarita...
Peligro...
Brujo...
Ayuda

Narra Alex

Las plantas están inquietas, murmuran más que nunca.

Algo anda mal... Con Zara, desde hace un tiempo está muy sospechosa. Por unos momentos pensaba que era la edad, tiene 13, es esa etapa donde la mayoría de mocosos se encierran en sí mismos y escuchan música emo.
Pero ahora las plantas anuncian peligro, aún que no quiero interrumpir en la privacidad de mi hermana menor, es por su bien.

Me dirigí a la puerta de su habitación y golpee tranquilo, rápidamente la puerta se abrió dejando ver a Zara, ¿estaba asustada?.

—hola Al, ¿que pasa?—pregunto mirando por el espacio abierto de la puerta.
—Zara ¿está todo bien?¿Necesitas ayuda?—pregunte sin pensarlo. Era una situación de peligro, incluso podría ser de vida o muerte, mejor ir al grano.
—NO—tosio—no, todo está bien—dijo con una mirada nerviosa. Era una obvia mentira.

Mentiras... Mentiras...

—¿segura niña?—volvi a preguntar alzando una ceja. No hacia falta que las plantas susurren para saber que miente.
—SÍ Al, ahora ¿podés dejarme sola?—cerro la puerta de golpe.
—tsk—mocosa.

Sali de casa, con la esperanza de que los árboles, o las flores hayan visto algo.

—muy bien, ¿alguno de ustedes vio a Zara siendo sospechosa?—pregunte en voz baja, no quería que nadie me escuche, las plantas pueden oír mi voz como si hablara por un megafono y yo puedo oír sus voces. Si mi hermana está metiéndose en algo, la naturaleza me lo dirá.

La pequeña Caperucita roja quería magia.
La pequeña Caperucita roja se encontró con el lobo.
Y a cambio de su flor magia obtuvo...

¿QUE MIERDA? ¿su flor?, Espero que no sea lo que estoy pensando.

Cuidado cuidado cuidado

Te descubrirá

Sentí una raíz enrroscarse por mi pierna y me tiró hasta esconderme en un arbusto. Las hojas se abrieron dejándome ver la puerta de casa, y como Zara salía de ella, se puso su capucha para intentar pasar desapercibida.
Espere un poco y fui a seguirla. Naturalmente mi mejor escondite eran los árboles, es muy común que la gente que se siente perseguida mire atras, o a los lados, pero nunca arriba, cómo en el escondite. Pero a medida que avanzaba se me acabaron los lugares, había naturaleza muerta, tierra infértil, solo vacío.

¡¿En qué te metiste niña?!

Llegó a una casa, ví como toco la puerta y fue recibida por un chico, no podía ver bien pero estoy seguro que lo conocía de algún lugar.
Zara entro y rápidamente me escabulli, mire por las ventanas hasta que descubrí la habitación en la que estaba.
Deje una semilla en el marco de la ventana y está creció haciendo un pequeño tayo que abrió un poco la ventana, lo suficiente como para que el sonido salga.

—bueno pequeña ¿trajiste el pago?—conosco esa voz. Siempre jugando al malote cuando es solo un pelotudo.
—lo siendo pero duele mucho, no pude sacar suficiente sangre—su voz sonaba asustada. Sangre, ¡¿Zara le da su sangre como pago?!.
—oh que penaa~—canturreo y escuche como si buscará algo.

Un... cuc... hi... llo...

¿Un cuchillo?, ¿Saco un cuchillo?

—supongo que tendré que sacarlo yo entonces—escuche.
—¿Q... QUE?—grito Zara.

Crónicas De SyeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora