El Conde estaba nervioso; era la segunda vez que se encontraba en la capilla de la ciudad para contraer matrimonio, aunque esta vez sí llegaría al final. El sacerdote, claramente, estaba poco complacido con los ideales del Conde siendo que su primer intento por casarse creó un fortísimo escándalo en la ciudad. Algunos, los menos tolerantes, murmuraban comentarios maliciosos sobre su futura esposa. Decían que la mujer debía ser una burda prostituta para haber encandilado de tal forma a Hwang. Insinuaban que ella bien podría estar en cinta y que por ello se daba una boda tan apresurada.
Esta vez, y por el mismo hecho de la malicia en la gente, la ceremonia sería privada, con unos quince invitados entre la familia de Felix y algunos de sus conocidos, algunos amigos que no veía desde su tiempo sirviendo en el ejército. Sin embargo, mientras esperaba en la antesala a que todo en la capilla estuviese listo, recibió una visita.
—¿Qué haces aquí?
—Presenciar el espectáculo circense que piensa montar, Conde —respondió Annette con veneno picando en sus labios.
—Te evitaré el disgusto de presenciarlo y te pediré que te vayas.
—¿Por qué?, ¿acaso tiene miedo que pueda decirles a sus invitados y al sacerdote que su despampanante prometida es sólo un puto con vestido? —masculló ella.
—Perdonaré tus insultos contra mi prometido si te marchas ahora —advirtió.
—No espero que los perdone, así como tampoco espero que la sociedad de Burdeos se lo perdone a usted.
Las manos de HyunJin se formaron en puños, duros y ásperos conteniéndose para no acertarle un golpe a la mujer que seguramente merecía una lección. Pero es una mujer, quiso creer, aunque sin duda era sólo una niña mimada resentida.
—Tu no quieres ni vas a hacer eso, porque, de lo contrario, no habrías venido a advertirme. Así que habla, ¿qué es lo que quieres?
—Deja a Felix y... —dijo, titubeante, caminando hacia el hombre y restregándose contra su pecho con la lascivia de un animal en período de calor—, encuentra a una verdadera mujer. Yo te aseguro que sabré darte lo que tanto necesitas.
—¿Y qué es lo que necesito según tu perspectiva?
—A mí, por supuesto —dijo ella con arrogancia plena.
HyunJin soltó fuertes carcajadas, burlándose descaradamente de la propuesta tan brusca que le hizo la mujer. Ella lo miró asombrada e inmediatamente se apartó de él como si fuese hierro ardiente. La humillación que le provocó esos simples sonidos la hicieron rabiar.
—No eres ni serás nunca lo que yo desee porque en este momento espero que sea la hora de unirme a quien sí puede complementarme.
—Esa basura es sólo un hazmerreír.
—No para mí.
—Entonces deberás atenerte a las consecuencias de tus actos.
—¿Sólo yo? —se burló nuevamente—. Dime, ¿has visto a tu padre últimamente?
Annette lució desconcertada por la pregunta sin saber porqué su padre sería relevante en la conversación. Luego de segundos de pensarlo, respondió:
—No. Él está de viaje.
—De hecho, no. Esa fue una pequeña mentira que le he pedido yo. Verás, resulta que a sus oídos ha llegado las terribles acciones de su hija. Debe ser bochornoso saber que una 'dama' como tú sea vista en un burdel a las afueras de la ciudad siendo fustigada por placer, ¿cierto? —sonrió el Conde con malicia—. Tu querido padre fue a averiguar todo por su cuenta obviamente, y ya nadie ha podido mantener la mentira y se lo han dicho todo. Desde tus salidas con hombres de mala vida, hasta que llegaste a prostituirte entre algunos nobles.
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el romance trae vestido ୧୨ hyunlix ✓
FanfictionEn la Francia del siglo XVI, Felix, un joven hermoso con un gusto particular en ropa, estaba profundamente enamorado del Conde Hwang de Burdeos, y en un afortunado negocio que involucraba a HyunJin y al hermano de Felix, MinHo, ambos se ven viviendo...