Capítulo 54

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«Joder»

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«Joder»

—Mierda bebé —suelto con la voz reseca, abro los ojos y la veo prendida a mi polla.

Siento sus labios tiernos y gruesos recorrer todo el falo, succiona el glande de una manera tan celestial que me arranca gruñidos guturales, poco a poco se ha ido acomodando a mi tamaño, pero no tengo ni puta idea de como lo hace pero siempre me da orales descomunales.

Se cuanto le gusta mi polla, cuanto disfruta de estar prendida de ella.

—Suficiente —trato de detenerla estas cosas siempre la malcrían.

—Otro poquito ¿Sí? —me pide tomando el falo dejándolo sobre mi abdomen para prenderse de mis bolas, chupa y succiona soltando pequeños gemidos que me erizan la piel.

—Ya has tenido suficiente, así solo te vas a malcriar —le explico soltando un jadeo por la sensación que logra que la tome del cabello jalándola antes de correrme.

—Pues malcriame, no te cuesta nada, consiénteme que por eso soy tu mujer ¿No? —me dice mientras me masturba, se vuelve a llevar el glande a la boca, engulléndolo hasta dentro siento como le roso la campana, sus arcadas no la detienen, sigue en un vaivén sobre mi polla que se engorda cada vez mas, mi falo le palpita en la lengua.

—Qué caprichosa te estás volviendo bambi —le digo mirando sus ojos, su mirada llena de lascivia y esa sonrisa ladina que me suelta con mi polla en su boca hacen que la pelvis se me contraiga, se ve tal tierna pero a la vez mama como una completa dominatrix, sin serlo, en ella esto se ve y se siente diferente.

Se sujeta con fuerza de mis muslos y lleva su cabeza en un ir y venir que me hace correrme en su boca soltando jadeos llevando mi cabeza hacia atrás por la bestial liberación que me arrasa.

—Rico —suelta lamiéndose las comisuras de los labios, sube chupeteando mi abdomen, acariciando mis músculos dejando un camino de besos por todo el torso, me besa el cuello, mordiendo y succionando como desee —Si soy caprichosa es por tu culpa, ¿Quién te manda a cargar una polla tan rica? —me dice en un susurro mordiendo el lóbulo de mi oreja. —Follame mi amor. —pide dejándose ir sobre el falo que a pesar de correrme sigue duro, ¡Maldita sea! Esta mujer me volverá loco.

—Te lo buscaste Hexe —le digo tomando con firmeza su cintura, llamas había dejado que nadie me montara, pero esta maldita bruja se volvió mi excepción, me encanta tenerla gimiendo y jadeando como una completa ninfómana en llamas, sus caderas se acoplan a los movimientos de las mías, su canal se expanden tan gloriosamente sobre mi polla, estrujándome como me gusta, ya no queda nada de la Alena de antes que se cohibía, se detenía por la maldita moral.

Diosa.

Es la única palabra que puedo encontrar para definirla, toda ella, sus gestos, su cuerpo, su carácter, todo es una completa divinidad preparada para satisfacer a la bestia. Muerdo, chupo y succiono sus pechos, me prendo de esos pezones que se endurecen conforme mi lengua pasa.

PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora