Aquí empieza todo

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Llevaban media hora caminando y riéndose. Habían empezado a caminar sin pensar en un rumbo concreto y acabaron en el bosquecito de bambú que, no lejos de la playa, había. El chico de ojos carmesís nunca había imaginado que esa "cita" sería así de especial para él. El Todoroki estaba también encantado.
Y sin siquiera darse cuenta lo dos chicos había juntado sus manos entrelazando sus dedos.

Katsuki suspiro y empezó a notar algo frío y húmedo que empezaba a caer sobre sus hombros. Shoto también se dio cuenta y al girar sus cabezas cruzaron sus miradas. Se quedaron embobados, mirándose, hasta que la lluvia se izó más fuerte y se dieron cuenta de que se estaban empapando. Corrieron para cubrir sé y acabaron bajo un techo que sobresalía de una casita abandonada.

Se sentaron en el porche y Katsuki empezó a mirar a su alrededor mientras murmuraba la descripción del lugar. Lo que hizo que a Shoto le intrigara porque hacía aquello, ya que solo estaban ellos dos y él veía perfectamente lo que había. Justo cuando el joven de pelo bicolor iba a preguntar, Katsuki saco una libreta y un lápiz y empezó a garabatear. El Todoroki desvío la mirada y habló.

Shoto- No sabía que dibujabas, la verdad me ha extrañado cuando has empezado a murmurar la descripción del lugar. Supongo que es un método de artista o algo.
Se río suavemente y el chico rubio lo miro. El sonido de su suave risa y la lluvia cálida que caía suavemente pero en cantidad.
Katsuki- Pues su pones bien, describo las cosas en mi mente y a veces en voz alta. Lo hago cuando un lugar me parece bonito o me gusta, para más tarde dibujarlos en un lienzo. Y siempre llevo esta libreta y un lápiz para hacer un boceto rápido aunque sea.
Shoto- Entiendo, tiene su lógica si lo piensas.
Los ojos carmesís del chico rubio volvieron a su boceto para continuar. Mientras que el chico que lo tenía enamorado seguía hablando.
Shoto- Todo esto explica muchas cosas. ¿Algún día me enseñarás tus lienzos?
Katsuki- ¿Qué explica exactamente?
El chico desvío el tema de enseñarle sus cuadros. El único que los había visto todos y cada uno de ellos era Eijirou. Sus padres solo veían los que él les dejaba ver.
Shoto- Explica por qué a veces hueles a pintura. Explica las ojeras que llevas a veces y ti cansancio. Explica las manchas de pintura que de vez en cuando se ven en tus manos y brazos. Explica tu forma de ver el mundo de una manera diferente y hermosa, que muy pocos pueden ver. Explica por qué tus libretas son increíblemente bonitas y porque las materias artísticas se te dan tan bien. Y explica muchas más cosas...

Katsuki estaba perplejo, se había vuelto a girar para ver al joven que tenía al lado. Desde que había empezado a decir todo eso se había dado cuenta de que había cosas muy obvias, que poco veían en él. La mayoría pensaban que él era un chico molesto, que se enfadaba por todo y que nada le gustaba. El Rubió dejó sus pensamientos cuando el mitad-mitad volvió a hablar.

Shoto- No te pienses que te espió, pero es que soy muy observador con este tipo de cosas... Y más, si es pintura me encantan los cuadros. Aunque se me da fatal dibujar. La verdad talentos no tengo muchos...
Katsuki- Ya veo... Si quieres algún día te pasas por mi casa y te enseño mis cuadros, pero con una condición.
El bicolor se le quedó mirando con atención dándole a entender que haría lo que fuera.
Katsuki- Tienes que buscar tu talento.
Lo dijo serio, pero con cariño y el otro chico se quedó sin habla.
Katsuki- Aunque después de la descripción que has hecho de mí... Y tu forma de expresarte... Creo que serias un buen escritor.
El rubio sonrió mientras, su amigo agencia a toda velocidad.

Al rato dejó de llover y los chicos volvieron a sus casas. Katsuki acompaño a Shoto hasta su casa. Ya se estaban despidiendo cuando Shoto dio un paso hacia delante para acercarse al rubio, en el fondo no sabía muy bien por qué y una vez que avanzó ya no sabía qué hacer.
Pero entonces el joven rubio se le acercó más y le dejó un suave y húmedo beso en los labios.

Katsuki daba vueltas en la cama preso de sus pensamientos.
-¿Por qué lo has hecho idiota?-
-Que estás tonto o qué?-
-No me va a volver a hablar-
-Seré estúpido-
-Ahora que hago-
Seguía sin saber qué hacer, cuándo su móvil sonó. Le había llegado un mensaje. Seguramente sería el pelo pincho preguntando por la "cita". Pero no era el momento, tenía que tranquilizarse antes. Le llegaron ocho mensajes más, a los cuales no contestó.

Se levantó para sacar un lienzo y sus pinturas. Abrió las ventanas y el olor a lluvia y frescura le invadió las fosas nasales. Se puso música en los auriculares y empezó a pintar.
Los trazos eran suaves y tranquilos.

Hasta que, tres horas más tarde, se levantó y fue a por una lata de COCA-COLA a la nevera. Estaba cubierto de manchas de pintura por los brazos e incluso por la cara.
Volvió a su cuarto y vio el resultado de su lienzo. Sin darse cuenta había acabado pintado a su mitad-mitad, con el fondo de la playa en la que lo había visto por primera vez.

𝙻𝙻𝚄𝚅𝙸𝙰 ✧TodoBaku✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora