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Estaba en silencio todo,el aire asía rechinar un poco la madera ,Bill miraba a los lados que rechinaban mientras miraba como tom tapaba su cara con su gorra poniendo sus pies arriba de la pequeña mesa durmiendo plácidamente trasmitiendo un poco de paz.

Bill sentía esa paz que tenía tom,de alguna manera estaban conectados no sabía cómo pero tenía esa conección con el haciéndole sentir sus "Sentimiento" como por ejemplo ahora,paz, cuando Thomas peleaba Bill sentía la rabia e imprudencia.
Cuando su padre le pegaba sentía el ardor en esa parte,no sabía cómo estaba tan conectado a el pero sabía que era un tipo de almas gemelas,almas nuevamente juntas como en sus vidas pasadas.

Bill miraba a Tom se sentía tranquilo miro a otro lado se levantó del sofá y se dispuso a explorar la casa,empezó por la cocina,un poco chica,muebles de madera una estufa ya vieja y fregadero igual de viejo,fue asia la planta de arriba y miro los cuartos.

Quiso ir asía uno pero sintió una vibra que lo llamaba.
Bill miro asía donde lo llamaban y vio un cuarto un tanto descuidado,la puerta estaba rota,no tenía una manija estaba el hueco y de ese hueco soltaba un aroma nefasto un aroma abominable,sintió un escalofrío recorrer su espalda hasta llegar a la baja se sentía extraño no sabía que hacer pero como dicen "La curiosidad mato al gato" Bill optó por ir asía aquel abominable cuarto,fue a paso lento unos de sus sentidos se puso alerta.

Puso su mano en su bolsillo para algún movimiento brusco sacar esa navaja,sigui caminando hasta llegar,el olor se soltó mucho más tapo su nariz y optó por entrar,pensando que solo habia comida echada a perder o simplemente la vejez de el cuarto no ayudaba al olor,pero fue todo lo contrario.

(.)

Entro y miro una escena escalofriante, sangre manchada por todos lados,una estantería llena de armas,navajas,gasolina,asidos y más,tambos llenos de sangre y algunos de aquel asido.

Bill se asusto quería salir de ahí pero su mirada se desvío y miro cuerpos hechos mierda en una esquina,unos mutilados,otros destrozados de su cabeza,otros castrados y otros quemados haciendo que su estómago se revolviera tomando de aquel con una mano.

Bill empezó a soltar jadeos de terror dando pasos asía atrás pegando con un torso frío, desnudo y marcado ,tomando a Bill por los hombros,Bill se quedó inmóvil y tragó saliva fuerte cuando escucho esa voz ronca y sin sentimientos hablar.

— ¿Tienes miedo? Estás tensó — Dijo el chico de rastas.

— ¿Tu..Fuiste? — Dijo el chico pelinegro con miedo teniendo su quijada temblando.

— Mm ¿debería mentir? — Dijo aquel sin emoción alguna soltando una risa burlona que hizo recorrer un escalofrío.

— Yo no quise entrar aquí.. Perdón — Dijo el chico serrando sus ojos fuertemente,sabía que Tom era un chico que no controlaba sus emociones,no sabía expresarlas bien,no sabía que hacer,por eso en su antigua ciudad le decían el diablo,sabía que Tom no era de tener miedo a manchar sus manos,sabía que Tom con un ataque de irá te hacía una mierda en un segundo y que podía matarlos si no lo detenían pero seamos realistas ¿Quién se querría meter en problemas con el diablo de los barrios bajos? Muchos le tenían respeto y los que le tenían odio lo reprimian por miedo.

— ..No importa solo no vuelvas a entrar, no me gusta que se metan en mis asuntos — dijo y saco al pelinegro de el cuarto con cuidado.

— Está bien — Dijo aquel agachando la cabeza y el otro poniendo cadenas a aquel cuarto,el cuarto de el diablo,el cuarto donde habían crimenes que nadie sabía más que el pelinegro.

— Venga, Vamos abajo — Dijo el chico el pelinegro levanto su cabeza y lo miro,miro su torso desnudo y su mirada sin sentimientos,para nada como la de hace unas horas,era como si cambiará de personalidad,si alguien nuevo se apoderaba de el.

El pelinegro solo suspiro y tragó saliva duro brindándole una sonrisa al rastudo, el chico de rastas le devolvió el gesto levemente.

Fueron asía la sala y el chico por fin respiró,fue a sentarse al sillón y se recostó en el serrando sus ojos fuertemente,algo o mejor dicho alguien lo hizo abrir sus ojos.
El chico de rastas se había sentado a su lado poniendo nuevamente su gorra en su cara poniendo sus pies arriba de la mesa y cruzando sus brazos sin antes decir un comunicado al chico.

— No vuelvas allá arriba..Es una orden — Dijo y el pelinegro solo asintió está vez el suspirando y serrando sus ojos inconciente mente recargando su cabeza en el hombro desnudo de el chico rastudo.

|𝗚U𝐄𝗥𝗥𝐄𝐑𝗢𝐒 𝗘𝐍𝗘𝐌𝐈𝗚𝐎𝗦|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora