XLIX. Cena

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Shisui estaba, sorprendentemente, tranquilo.

Con toda sinceridad, al Uchiha no podía importarle menos el cómo reaccionarían sus suegros ante la noticia del embarazo de Elise. En el mejor de los casos, ellos los aceptarían felizmente al nuevo miembro de su familia y en el peor, Shisui los asesinaría a sangre fría y secuestraría a Elise para mantenerla encerrada agradablemente en su hogar.

Cualquiera de los dos casos eran beneficiosos para Shisui, ya sea que se lo tomaran a bien o a mal, no había nada que perjudicara realmente sus intereses.

Si los Kaneko querían a su hija lo suficiente como para querer continuar con el embarazo de Elise, entonces ellos se ganarían sus respetos, pero si no lo hacían, simplemente tendría una agradable excusa para alejar a Elise de cualquier medio y mantenerla agradablemente encerrada en el complejo Uchiha, llenándole el cerebro de razones de porque debería permanecer tranquila y encantadoramente en casa, embarazada de sus niños y cuidando de su hogar siendo una perfecta y linda ama de casas.

Demonios, Elise ni siquiera tendría que mover nada, con su dinero actual, Shisui contrataría a fácilmente a alguna mujer Uchiha para que cuidara de su linda novia y de la casa, sería un bonus si fuese una mujer que pudiera llenarle la cabeza a Elise de lo maravilloso esposo que es él, de ese modo, Elise no tendría que preocuparse por nada más que ser bonita y agradable, recibirlo cariñosamente cuando haya vuelto de alguna misión y criar bien de sus hijos.

Porque claramente Kagami solo sería el primero de muchos, sus bolas hinchadas y cargadas de semen se encargarían que criarla perfectamente en una apretada prensa de apareamiento y mantenerla agradablemente embarazada la mayor cantidad de veces posibles hasta que su cuerpo no pudiera más y debieran de parar por su salud.

Pero eso no quisiera decir que él se detendría, oh no, solo quiere decir que se pondría bien apretado ese sello anticonceptivo y, tal vez, le pediría a Yondaime-sama que le hiciera uno a Elise para prevenir completamente un hijo no deseado que podría arrebatarle a Elise de sus manos.

Los Uchiha aman intensamente, feroz como ninguno.

Eso no quiere decir que Shisui no fuese a actuar como Izanagi y asesinar a su propio hijo si este le arrebataba a Elise.

Elise siempre sería su prioridad, incluso si quería una gran familia, no era más que por la razón de mantener constantemente a Elise pegada a su cadera, sin siquiera poder pensar en alejarse de él mientras cría a sus hijos y las terribles consecuencias que tendría en la sociedad si una madre soltera y divorciada era puesta en la población civil.

Mirando la cena transcurría con calidez y armonía, los ojos de Shisui observaron fríamente todo mientras su rostro se mantenía agradablemente juguetón y un poco travieso frente a la familia de su novia, su mascara era perfecta y nadie lo notaba, ni siquiera un actor dedicado como Asher o un ninja ferozmente entrenado como Kiriya.

Shisui era el rey del engaño y la manipulación.

Nadie podría ver a través de sus grietas.

Sus engaños eran perfectos.

Él era un Uchiha.

Un shinobi.

—Entonces... papá... mamá... hermanos... —nerviosamente, Elise se removió un poco inquietamente en la mesa y Shisui suavemente tomó su mano en señal de apoyo.

—¿Si querida? —habló suavemente su madre mirándola con ojos dulces.

—Puedes contarnos lo que quieras, somos familia. Jamás te juzgaremos por nada —habló suavemente Zaid mientras ponía su mano sobre la de su esposa para mostrar su punto.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora