— ¿Quién se encargará de las negociaciones? —pregunta, mirando a Horacio y Alanna.
La chica le presta su atención de inmediato. Mientras Horacio, por otro lado, mira al frente evitando su mirada.
— Tú, si quieres —responde Horacio— Te veo calentito con lo de los squirtels —comenta burlón, con un deje de irritación en la voz.
— ¿Con los Skwinkles? —corrige, aun buscando encontrar la mirada del de cresta.
— Si Skwinkles y borrachitos —afirma, asintiendo con la cabeza, sin dirigirle la mirada— Y bueno, que dicen que hueles bien —agrega con tono celoso.
Volkov deja salir un suspiro cansado. Horacio ha estado de mal humor todo el día y ahora parece más irritado que antes.
— Compañero, ¿Me copia? —pregunta por radio.
— Le copio.
— ¿ETA estimada del 6-ADAM? —solicita.
— 10 minutos.
— Perfecto, muchas gracias —responde a la radio y se gira a mirar a Alanna— Agente A, está a cargo, avise por radio cuando llegue el 6-ADAM. —ordena.
— ¿Qué? Digo, si por supuesto Uve —responde confundida la chica.
— ¿Dónde vas? —pregunta, molesto y confundido H, mirándolo por fin.
— No voy —responde, con seriedad, mientras toma la muñeca de Horacio entre sus dedos, de manera firme, pero suave— Vamos —agrega.
Tira de él para levantarlo y lo arrastra en dirección contraria al patrulla, lejos de la joyería. Camina sin decir nada, mientras el medio francés se queja y exige respuestas tras él, aunque sin soltarse del agarre.
Siguen caminando hasta doblar en la esquina de la calle, donde los mete entre los pilares junto a una puerta, que ayudados por la oscuridad de la noche crean un buen lugar fuera de la vista de los ojos curiosos.
Una vez que ambos quedan bien ocultos, se para frente a Horacio, baja su máscara y lo mira con seriedad mientras apoya sus manos en sus caderas.
— Bien —habla— ¿Qué ocurre contigo? —pregunta con tranquilidad— Has estado irritado todo el día.
— ¿Qué? —exclama Horacio, bajando también su máscara y cruzando sus brazos frente a su pecho— Yo no —agrega, haciendo un mohín con sus labios.
— Ajá —responde sarcástico.
Sus ojos se desvían brevemente hacia el pecho y los brazos ahora abultados por la nueva posición de H, antes de concentrarse rápidamente en la conversación nuevamente.
— Horacio —dice, con un tono que implica que sabe que está mintiendo.
—¡Bien! —se rinde Horacio, baja sus manos a sus costados y toma el borde de su chaqueta entre sus dedos para comenzar a tirar de él— Tienes razón, he estado enojado hoy, ¡Pero es tu culpa! —acusa.
— ¿Cómo? —pregunta confundido, parpadeando rápidamente.
— ¡Sí! —medio grita— Tu culpa —continúa, bajando un poco la voz— llevo ya tres días despertando para encontrar que ya no estás en la casa y luego cuando me voy luego de un turno, tú aún no llegas ¡Apenas y tenemos tiempo fuera del trabajo juntos, tío!
— No me digas tío —replica, con molestia.
— ¿Eso es lo único que escuchaste de lo que dije? —gruñe enojado— Joder, macho, ¡ah! —se interrumpe recordando— ¡y ni hablar de hoy!
ESTÁS LEYENDO
Volkacio: stream collection
RomanceColeccion de historias, individuales, basadas en los directos, y pueden llegar a tener ralacion entre si.