Día 24: Liliraune

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Después de la discusión con mi novia, no pude evitar permitir que la ira me carcomiera por dentro. Es frustrante que no valoren tus acciones, en especial cuando tú haces de todo para el bienestar de tu pareja.

Había salido a leñar un poco de madera en lo profundo del bosque. Conocía bien el camino seguro, pues a pesar del problema que tenemos con las monstruos, nos hemos aprendido a adaptar bien gracias al descubrimiento de las runas. La mayoría de los caminos que utilizamos están protegidos por ellas, o al menos así es en nuestro pueblo alejado de las civilizaciones monsters, pero aun así no nos confiamos y tratamos de ir siempre protegidos por un arma que nos pueda ser útil. En mi caso, mi hacha, que es mi herramienta de trabajo y mi arma. Camine hasta internarme en el bosque, pero sin abandonar el sendero establecido que nos sabíamos de memoria.

Di unos pasos más hasta que pronto divise un enorme árbol de buen grosor. Era perfecto para desahogarme y para cargarme de madera, por lo que trabajaría en lo que queda de la tarde y sería tiempo suficiente para calmar mis emociones. Levante mi hacha y dispuesto a golpear con fuerza, para dar mi primer golpe, más, sin embargo, una dulce mezcla de aromas llego hasta mis fosas nasales, dejándome petrificado ante tal esencia.

Era un aroma dulce, como el suave y azucarado aroma a la miel recién ordeñada de una colmena. La filosa herramienta de corte se cayó de entre mis manos e, hipnotizado por la dulce fragancia, comencé a ser guiado por mi olfato. No reconoció la parte del bosque donde me internaba, la luz del sol disminuye debido a la frondosidad del bosque, y a cada paso que daba encontraba más densa la vegetación.

Mi ropa comenzó a rasgarse debido a los espinos y ramas del lugar, pero eso no importaba, solo estaba interesado en la dulce fragancia que rodeaba el entorno, todo mi ser sentía como el olor se intensificaba y una extraña alegría me inundo.

Un suave gemido detuvo mi andar, y fue cuando reaccione de mi estupor.

¿Dónde estaba? ¿Cómo llegue ahí? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? Mi mente confusa y con muchas preguntas de los cuales no hallaba la respuesta me mareo. El aroma dulce seguía en el ambiente, pero esta vez, sentí como si me empalagará el paladar.

Un segundo gemido me hizo agacharme en el lugar donde me encontraba ¡¿Acaso era un monstruo?! Estaba perdido ¡Ni siquiera llevaba mi hacha para defenderme!

-L-lila, estoy cerca~-Era claramente la voz de una femenina, pero su voz sé escuchaba distorsionada, como si estuviera excitada. Aceche entre los arbustos que me cubrían, y lo que vi me dejo perplejo.

-Y-Yo también, Rune.-Respondió otra voz femenina con el mismo semblante que la primera.

Las caderas de la segunda se movían frenéticamente sobre la pelvis de la primera. El rubor en el rostro de ambas, sobre su piel verdosa, demostraba lo calientes que estaban ante sus acciones, mientras que sus piernas estaban enrolladas contra la contraria. Ambas gimiendo y gruñendo, dejándose llevar por las sensaciones del sexo carnal que tenían entre ellas. Estaban apoyadas sobre unos enormes pétalos de lo que parecía una enorme orquídea plantada en el suelo.

Ambas se acercaron lo suficiente como para fundirse en un beso pasional, mientras que sus cuerpos cubiertos de esa extraña sustancia rojiza loas hacía ver más eróticas. El aroma del ambiente volvió a embriagarme, nublando mis sentidos y enfocándome en esa erótica escena entre ambas mujeres.

Como si ambas hubieran sentido mi presencia, sus orbes rojizos me observaron con curiosidad, pero sin abandonar su perversa acción. No sentí miedo o pánico al ser descubierto, todo lo contrario, me excité por su mirada deseosa en mí. Los movimientos de ellas aceleraron, y con ello, sus gemidos aumentaron su volumen. Se separaron y las caricias entre sus cuerpos aumentaron. Su éxtasis estaba cerca.

El Dominio Del Imperio [Monster Girl Stories] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora