El Dominio Del Imperio [Monster Girl Stories] [+18]

Día 8: Polilla

*Para evitar la confusión, será diálogo cuando el texto esté en negritas*

-¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTÁS?!-.

Continuaba en silencio. Por más que esas arpías me gritaran, no asomaría mi cabeza. Mi trasero dependía de eso, literalmente.

-¡RESPONDE CARAJO!-.

De nuevo silenció, vaya que esconderse y quedarse quieto dentro de un arbusto de moras, sí que era efectivo contra las arpías voladoras.

Vaya, que tienen razón, que escaparse de los harenes de las arpías no es nada fácil, pero mi meta es escapar de ellas sin que ellas lo noten y desaparecer en el bosque Laigrest, donde los humanos son libres y pueden esconderse fácilmente de los monstruos que los intentan cazar.

Mi fantasía y felicidad fue efímera cuando escuché el revoloteo de las arpías descendiendo y volando más bajo, aleteando cerca de los arbustos a mi alrededor para revisarlos poco a poco.

Desesperadamente, busque con la mirada un lugar para donde correr y volver a esconderme hasta que estás arpías se fastidiaran de buscarme. Observé una cueva frente al arbusto donde me escondía y sin dudarlo corrí hacia ella, llamando la atención de las indeseadas.

Maldición.

Corrí lo más rápido que mis piernas pudieron entrando caso de inmediato, con las voladoras detrás de mí. Poco a poco, el entorno se volvía más oscuro y sentía como perdía a esas arpías de colores. Sonreí para sí mismo con satisfacción, hasta que el camino se acabó y sin poder evitarlo, caí en un agujero muy profundo.

Un estruendo y un dolor intenso en mi cabeza solo hizo que cayera inconsciente.

Me encontraba atado de pies y manos sobre una mesa, mi cuerpo estaba desnudo, mis ojos y mi boca estaban vendados, y por alguna razón sentía algo que apretaba mi miembro. Era delgado y fino, y estaba casi en la cabeza de mi pene. Sentía como mi cara estaba ardiendo de vergüenza, fue entonces cuando sentí aquella extraña mano sobre mi miembro, y sin poder evitarlo, me tensé.

-Tranquilo. No te haré daño.- una voz dulce y suave hablo por sí sola mientras sentía como algo caliente y viscoso cayó en mi pene, provocando que erecte - al menos no ahora.