Día 14: Vampira

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Aquel vestido pomposo de color morado remarcaba las curvas de su cuerpo blancuzco y pálido. Por alguna razón me gustaba verla con aquellos trajes antiguos pero preciosos en el cuerpo de ella.

Solo soy el Mozo de una vampira, solo soy su lacayo. Pero para mí es más que suficiente. Trabajar para ella no es para nada malo, al contrario, es más que excitante. Tengo una parafilia algo inusual llamado hematofilía o hematolagnía, que en pocas palabras, me excito con ver, lamer, oler la sangre. Imagínense lo excitante que es para mí vivir con una vampira chupa sangre.

Aquella tarde fue la explosión de mis fantasías. Recuerdo con claridad que ella había regresado de su cacería nocturna, más temprano de lo normal, y con tres presas diferentes: Un becerro, una paloma y una muchacha joven, una humana. Las tres víctimas ya muertas, con una clara mordida en el cuello, sin embargo, aún se veía que cargaban algo de sangre en ellas, pues desangraban dejando un rastro de sangre donde la vampiresa los arrastraba.

Trague saliva y me levante de mi lugar, el aroma a sangre era fuerte, pero, pude mantener mi cordura. Quise ayudarla tomando el tobillo de la humana y el del becerro, pero ella me detuvo tomándome de la muñeca, manchándome con la sangre de sus manos.

-Prepara la tina, idiota- Fue lo único que comentó. Asentí varias veces corriendo a donde ella me había indicado. Los vampiros no se bañan por cuestión de que el agua es algo puro y no pueden tocarlo, o algo así tengo entendido, pero no dude en seguir sus instrucciones sin cuestionar al respecto.

Lave rápidamente la tina, dejándola completamente impecable, literalmente relucía de la blancura que no se había perdido. Lo sequé y volví a donde mi ama, esta vez accediendo a que cargara con las víctimas de mi ama.

-Necesito una ducha...- susurro para ella misma, mas la alcance a escuchar- Que me haga sentir mejor..-

El camino hacia la dichosa bañera no fue tan largo como pensaba, yo solo la seguía, pues sabia a lo que se refería. La dama de morado entro primero a la habitación, comenzando a desabrocharse su lujosa ropa mientras, yo en el baño, me enfocaba en cortar las venas principales de sus víctimas para escurrir la sangre en la lujosa tina. A pesar de que mi "ama" había succionado gran parte del líquido rojo dentro de estos seres, la tina logro llenarse un poco más de la mitad.

El aroma penetrante y fuerte de este líquido simplemente me enloquecía, el estar manchado de tal sustancia me evitaba, mucho hacía aguantándome, pero tenía que ser fuerte, pues el deshonrar a mi ama me llevaría directo a la muerte.

No me había fijado en que momento el cuerpo blanquecino de mi ama se encontraba totalmente desnudo. Podía observar con detalle su cuerpo, desde su corto cabello negro azabache hasta sus finos y delgados pies. No podía evitar ver sus anchas caderas y sus pechos pequeños del mismo color de la cal sumergirse lentamente en aquella tina ensangrentada.

Se sumergió completamente en el líquido rojo. Unos minutos después salió de la misma forma en la que entro: lentamente. Su cabello, cara, hombros y brazos estaban cubiertos de la sustancia color carmín. Su belleza, combinado con mi parafilia, fue el punto de ebullición, literalmente, Inmediatamente, me di cuenta de mi erección masculina, no pude evitar sentirme avergonzado e inmediatamente quise taparla y huir de esa habitación. Sin embargo, no me fue posible al escuchar esa voz femenina, diciendo que me quede.

-Acércate- Dijo firmemente.

Tragué en seco. No dude en acatar su indicación. Al llegar en la bañera, me señaló que me hincará para estar frente a ella, cosa que de inmediato hice. Ella me tomó de las mejillas con su mano derecha, aún húmeda de aquella sustancia.

-¿Por qué me ocultas cosas?-Me miró directamente a los ojos con un semblante serio.

-N-no sé dé que me habla mi ama- evitaba tener un contacto directo a sus ojos.

El Dominio Del Imperio [Monster Girl Stories] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora