El Dominio Del Imperio [Monster Girl Stories] [+18]

Día 5: Neko

Solo pensar en aquella piel de porcelana era tan excitante para mí. Desde que lo había conseguido en aquella subasta, este chico virgen me ha enloquecido en muchos aspectos.

A pesar de que lo exprimía tres veces al día, aún me daba mucho semen como si fuese la primera vez, y de la misma dulce y espesa calidad. Tenía muchos puntos a favor, era menor, castaño, ojos claros, piel tan suave como si fuera de seda. Aún me sorprendía que tal ejemplar humano no hubiese sido jugueteado por alguna otra monstruo. Pero el precio lo dice todo, al igual que su carita de placer combinado con miedo, esa hermosa cara de niño inocente. Ya no podía soportar más la idea de mantenerlo así. Hoy es el día en que ese niño se vuelva totalmente mío, y será por las buenas o por las malas.

Caminaba de un lado a otro de la habitación pensando en la mejor manera de arrinconar a ese niño, la ventaja que tenía es que aún estaba amaneciendo. Eso me dio una brillante idea.

Camine hacia la cocina, pique un poco de fruta variada, y la mezcle con leche condensada en un recipiente de cristal, batí un poco de leche con chocolate y lo calenté un poco, finalmente sofreí un huevo y lo coloque en un plato junto con unos cubiertos, todo lo coloque sobre una mesita para cama y observe con admiración mi trabajo.

Solo faltaba lo más importante. Fui a mi estante de pociones y me dispuse a buscar entre ellos hasta que ¡Bingo! Encontré lo que buscaba. Abrí el frasco rojo ahora en mis manos y con el gotero que tenía, coloque tres gotas dentro del vaso con chocolate y revolví con una cuchara. Eso sería más que suficiente para que mi plan funcionara. Un sonido en la planta alta de mi casa me saco de mis morbosos pensamientos.

-Ya se Despertó.- susurré.

Tome la mesita con las cosas que le había colocado y subí las escaleras, pensando en las cosas que estaban próximas por hacer. Toque la puerta con suavidad y un sonido de cadenas se escuchó, ¿acaso estaba tratando de escapar? Con mi cadera abrí la puerta y ahí lo vi, en un rincón de la habitación, mi pequeño corderito con esa preciosa expresión de miedo. Me acerqué a él con la mesa en mis manos, y solo observé como mi castaño se encogió más.

-N-no tengo más.- dijo en apenas un susurro inaudible.

-Hey cariño, no te haré nada malo. Solo te traje de desayunar- Me senté a su lado y con un tenedor piqué unas frutas cubiertas con leche y se lo ofrecí, él accedió y mordió las frutas sin dejar de verme.

Seguí con el proceso hasta que ya había consumido medio plato de frutas, me detuve, tome el vaso con chocolate y se lo ofrecí. De igual forma aceptó, lo tomó con ambas manos y bebió de él. Volví a ofrecerle frutas y el huevo cocido, él parecía más calmado y relajado y siguió aceptando lo que le daba de alimento. Cuando estaba por acabar su desayuno, sentí como él tembló de repente y asentó el vaso que tenía en sus manos con brusquedad.

-¿Sucede algo corderito?- pregunté.

-T-tengo calor- observé como rápidamente puso ambas manos en su entrepierna y sus mejillas empezaban a arder, ¿tan rápido hizo efecto mi posición?

-Tal vez solo tengas sed- tome el vaso de nuevo y se lo ofrecí, y él inmediatamente se bebió todo su contenido. Oh mi corderito, caíste perfectamente en mi trampa.

Otro temblor se hizo presente en el cuerpo de mi castaño, y volvió a cubrirse su entrepierna. Su respiración comenzó a agitarse y podía sentir como cada vez sus temblores eran más fuertes y frecuentes a cada segundo. Sin pensarlo dos veces lo tomé de las mejillas y lo acerqué a mi boca hasta que nuestros labios chocaron iniciando un húmedo y delicioso beso. Mordisqueaba y saboreaba con deseo cada parte de su boca, mientras que la droga que le había dado mi corderito lo estaba hipnotizando. Me separé de él por falta de aire, sus mejillas estaban enrojecidas y su respiración muy agitada, rápidamente se levantó sin dejar de cubrirse la entrepierna.