2. Coqueta

228 18 4
                                    

Después de despertarme y probar el delicioso desayuno que Serena realizó para mí, salgo rumbo a mi oficina en donde Michiru me recibe con una sonrisa, una minifalda que deja ver a la perfección sus torneadas piernas y una camisa en la que deja sin abrochar los primeros tres botones mostrando un poco su busto firme.

-Buenos días, señorita Michiru- le hablo con todo el respeto del mundo dejando pasar desapercibido su sensual atuendo.

-Señor Chiba, aquí tiene- me habla mi asistente con una voz un poco seductora al mismo tiempo que me entrega los documentos con la información del día de hoy. Yo solo le agradezco y me recuesto en mi sillón dando un suspiro ante lo pesado que pinta el día. -Luce un poco estresado, señor. ¿Gusta que le de un masaje?- Michiru camina alrededor de mi escritorio y se coloca detrás de mí para empezar a hacer círculos sobre mis hombros y cuello con sus manos.

-No, gracias, Michiru. No lo necesito. Limítate a tus funciones por favor- le digo de la manera más respetuosa posible evitando parecer grosero y retiro sus manos de mi cuerpo. Le agradezco por sus actividades matutinas y le pido que se retire.

-Si me necesita solo llámeme, para lo que sea- sale de mi oficina guiñándome un ojo en señal de picardía y es ahí en donde me pregunto, ¿qué puede una jovencita como ella ver en un hombre que está por cumplir cuarenta y ocho años?, y al mismo tiempo me respondo. Ella solo ve mi cartera. No es que yo me vea mal, de hecho, no represento mi edad pues cuido mucho mi apariencia pero no soy el tipo que encajaría con una chiquilla a la que le doblo la edad.

¿Como pude siquiera en alguna ocasión pensar en tener una aventura con ella y traicionar la confianza de Serena? Por fortuna pensé bien las cosas y el único que tenía mucho que perder era yo.

Aun recuerdo cuando conocí a mi amada esposa y la manera en que ella llamaba mi atención. En realidad era bastante COQUETA pero a su manera. Siempre me regalaba una sonrisa, se arreglaba el cabello, usaba el último perfume de moda, era amable y bondadosa con quien lo mereciera, y hasta la fecha sigue así. Su manera de coquetear era única y me encantaba.

No es que yo critique a Michiru ni los recursos que usa para intentar llamar mi atención, pues en el fondo no me interesan en lo más mínimo, pero si me lo preguntan, adoro los detalles a la antigua, y esa mujer tan COQUETA que me espera en casa con algún detalle distinto todos los días es la única que, a pesar de los años, sigue ocupando mi mente y corazón.

No es que yo critique a Michiru ni los recursos que usa para intentar llamar mi atención, pues en el fondo no me interesan en lo más mínimo, pero si me lo preguntan, adoro los detalles a la antigua, y esa mujer tan COQUETA que me espera en casa co...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A pesar de los años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora