Un demonio sexual qué sólo desea alimentarse de la energía de una simple humana. Una humana que sólo desea tener alguien que le de cariño, ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¡Ah! Claro, que un Incubo se enamore.
𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨: 10 de abril del 2022.
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ERA DE ESOS momentos agradables, de esos que desearías atesorar para toda tu vida, un sentimiento tan cálido que los hacía suspirar, que los hacía sentirse en un entorno de confianza, pero como todo buen momento, siempre hay algo o alguien que debe interrumpir. La puerta fue abierta de forma abrupta, rápidamente ambos se alejaron de los brazos del otro, aunque Draken no lo pareciera estaba tan nervioso y ella también.
El rostro de Amy apareció en el campo visual de la fémina, quien sonrió de forma amable.
—¿Qué hacen?
—No dijiste que invitarías a tu hermana.—soltó el rubio ignorando por completo la presencia de la menor de los Bennet.
—Lo siento, creo que yo también olvidé eso. Amy, ¿qué haces aquí?
—¿No puedo simplemente querer ver a mi hermana?
—Si, claro que si.—respondió la pecosa.
—Ya di lo que quieres de tu hermana.—bufo Draken.
—Ah, tienes razón, sin rodeos. Necesito dinero.
—¡¿Qué?! Pero esta mañana tomaste dinero de la caja.
—Tengo deudas.
—Oh Amy...Me lo hubieras dicho desde un inicio, tengo ahorros, puedo dártelos ¿a quién le debes? Y lo más importante ¿cuánto es?
