Despedidas

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Augusto.


Me siento tan mal por lo que hice. Jamás debí besarla de ese modo. Solo la hice sentir incomoda.

Daniela se ve sonrojada y su respiración es agitada. Mientras que yo no se que decir para hacer menos incómodo este momento.

—Augusto... No creas que me sentí incomoda. Solo que... Jamas he estado con alguien, no he tenido pareja. No supe reaccionar.

—No te preocupes... Más bien, discúlpame. Ven, déjame ayudarte —Digo mientras me acerco a ella para abrochar su cierre. Ella asiente con la cabeza y me da la espalda mientras hace a su cabello a un lado. Me coloco detrás de ella y miro su piel radiante. Coloco mi mano en su cierre y lo subo. Nos dedicamos una sonrisa para luego salir del departamento.

Estuvimos en silencio en todo el camino, pero pude darme cuenta de lo nerviosa que se siente, pues golpea el volante con las yemas de sus dedos.

Estaciona su auto a fuera de su antigua casa y suelta un suspiro antes de mirarme. Sus ojos me muestran lo nerviosa que está.

—Tranquila, todo saldrá bien —Digo mientras le muestro una sonrisa para tranquilizarla. Asiente con la cabeza y bajamos del auto. Saca sus llaves y antes de abrir, se detiene. Las vuelve a guardar y toca el timbre. Después de unos segundos, la puerta se abre. Es una mujer de cabello castaño y usa un uniforme de color azul cielo con un mandil blanco.

—Señorita Daniela, su madre dejó sus maletas ya empacadas —Dice mientras se hace a un lado para dejarla pasar.

—Gracias Karla, compermiso —Dice Daniela mientras me toma de la mano para que la acompañe. Así que camino detrás se ella. Entramos al patio principal y veo que hay cuatro maletas sobre el suelo. Todas de color morado.

—Empaqué las cosas que tu compraste, lo que te hemos dado tu padre y yo se quedará en esta casa —Nos interrumpe una voz proveniente de la entrada de la casa. Volteamos y es la mamá de Daniela, que esta parada de brazos cruzados.

—¿Mis materiales de pintura están ahí? —Pregunta Daniela mientras señala a las maletas —No. Eso fue regalo de tu padre, se quedarán aquí. Como ya eres adulta, tu te las podrás
comprar —Responde con una expresión fria. Veo como Daniela suelta un suspiro y se gira hacia mí —¿Me ayudas con mis maletas? —Pregunta tratando de no mirarme a los ojos. Se que intenta ocultar el dolor que siente, pero lo puedo notar fácilmente. Asiento con la cabeza y tomo dos maletas. Las llevo al carro y logro acomodarlas en la cajuela. Regresé por las otras dos y tuve que meterlas en los asientos traseros. Cuando cierro la cajuela, vuelvo a ingresar a la propiedad para acompañar a Daniela.

—Mañana paso a la oficina, para que me liquides.

—En recursos humanos te atenderán, se te dará un cheque por despido —Me quedo un poco sorprendido, de ver como puede ser tan fría con su propia hija.

—Me voy mamá... Solo quiero que sepas, que los amo y que si un día me extrañas, tienes mi número ¿Ok? —Dice Daniela con voz llorosa. Sus ojos se empiezan a llenar de lágrimas. Pero a su madre no le interesa, ni siquiera le dedica una mirada.

#PGP2023 Cuando te vi pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora