Sorpresa

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Augusto.

Me pone muy nervioso. No se que decir, me da pena mirar sus bellos ojos. La veo caminar elegante, junto a mi y aun así no me creo que haya entablado una conversacion conmigo

—por cierto... Esa vez, no estaba espiando, me sorprendió el espejo. Lo siento por eso.

—no te preocupes Augusto.

Se queda en silencio un momento y noto como esboza una pequeña sonrisa

—de hecho estoy pensando en cobrarte ya, por usar mi espejo.

Dice con una sonrisa, haciéndome saber que bromea. Suelto una pequeña carcajada

—me va a cobrar el impuesto.

—así es.

Esa broma me hace sentir un poco mas de confianza

—¿Cuanto me costara mi chistecito?

Se queda pensando un momento mientras frunce el ceño, yo la observo con atención sin dejar de sonreír

—Vas a tener que aceptar desayunar conmigo.

Abro los ojos como platos sorprendido. ¿Desayunar con ella? Es una locura

—no, eso es imposible.

—el impuesto es alto.

Dice mientras agacha la mirada, se concentra en sus zapatos. Unas zapatillas color hueso con una correa delgada abrazando sus tobillos. Me conformaría con cumplir la tarea de esas zapatillas

—yo debería de pagarle por acompañarme...

No se como me atreví a decir eso. Pero para mi sorpresa ella sonríe con timidez, coloca sus manos detrás de su espalda y noto como sus mejillas se sonrojan.
Mi corazón se emociona, si tan solo los sueños se hicieran realidad, no me sorprendería tanto de verla sonrojarse.

#PGP2023 Cuando te vi pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora