¿Intimidad?

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Daniela.

Augusto tomó un baño en lo que yo pedía pizza para que comamos. Necesito inventar una excusa para quedarme, no puedo dejarlo solo, sería muy cruel de mi parte que me haya dicho lo que le pasó para dejarlo aquí solo con su pena.
Incluso le presté ropa de mi papá. Más bien una pijama. A Lola la saqué de la transportadora y puse una cobija en el sofá para que se acueste ahí, para mi sorpresa, se queda costadita sin dar lata.

Cuando la pizza llega, Augusto sale minutos después. Veo a un Augusto diferente, sin manchas en la piel y con un cabello mojado y limpio. Pero aun con su barba. Por fin veo detalladamente su rostro. Su cabello largo y su barba lo hacen lucir muy varonil, su mirada es profunda.
Lo veo caminando con el cabello mojado hacia mi y se da cuenta de que lo observo, entonces me muestra una sonrisa y descubro los hoyuelos de sus mejillas. Le devuelvo la sonrisa y me acomodo en el comedor
-Ven a comer- Digo mientras le doy unas palmaditas a la silla qué está a mi lado -Señorita, lo siento. Daniela ¿no se meterá en problemas por esto? - Pregunta mientras camina en mi dirección para luego sentarse junto a mi. Abro la caja de la pizza y me encojo de hombros para quitarle importancia -Siempre estoy en problemas Augusto- Digo despreocupada y la verdad lo estoy.

Ver como manejaron la vida de mi hermana sin ninguna consideración, me hizo ver que soy una persona libre y que si quiero hacer algo lo haré, se enoje quien se enoje.

Comenzamos a comer en silencio y por ratos le llevo pizza a Lola y una vez que quedamos satisfechos, lo llevé a la habitación qué es mía. Donde siempre dejo un par de pijamas y un par de vestidos por si alguna emergencia llega a pasar, ya que este departamento es mi escape de esa vida tan estricta qué tengo.

Mientras Augusto cambia los canales de la televisión con el control, yo le mando un mensaje a mi hermana.

:Hermana, necesito un favor. No llegaré a dormir a la casa, si pregunta mi mamá le dices que me quedé con ustedes por la tormenta, te quiero mucho.

Una vez que lo envío, suelto un suspiro y decido ponerme cómoda. Dejo el celular en el tocador y comienzo a quitarme las zapatillas mientras Augusto mira la tele con los ojos atentos a la pantalla. Cuando me quito las zapatillas me quejo de alivio
-¿Estas bien?- Dice mientras se pone de pie. Se ve preocupado.

-Si, es que es cansado usar zapatillas, ya me dolían mis pies- Digo para luego quitarme los aretes, me quito mi suéter y me doy cuenta de que Augusto me mira, pero su mirada no es la tierna de siempre, esta es diferente. Y siento que mis mejillas se sonrojan ante su mirada. Aparte de que jamás había tenido a un hombre en mi habitación. Se siente como una especie de intimidad no física.

#PGP2023 Cuando te vi pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora