Capítulo 8

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Secuestrador: ¡Sorpresa!

Laura empezó a llorar como un bebé y fui hacia ella y la revisé con la mirada preocupado.

Ella lloraba y el secuestrador agarraba al perro de un extremo del sótano.

Secuestrador: Creo que te equivocaste de persona al hacerle daño...(le dice al perro)

Finney: ¡¿QUERÍAS HACERME DAÑO A MI?! ¿¡ENTONCES POR QUE NO SOLO TE LA LLEVASTE Y ME DEJASTE SOLO CON EL PERRO?!

Secuestrador: Quería que Laura viera todo pero creo que salió un poquito perjudicada....jiji...

La rabia me estaba llegando que me empezaban a arder los ojos.

Con tan solo pensar que le había echo daño era horrible.

Finney: Laura...mírame.(digo susurrando)

Ella levanta su mirada.

Sus ojos estaban rojos y cristalizados de tanto llorar.

Finney: Necesito que te relajes y te calles primero que todo, Yo...yo solo haré lo correcto, ok?

Ella me mira confusa y después empieza a negar con la cabeza.

Laura: Finney...¿Qué vas a hacer? Ni se te ocurra que...

Finney: Te amo.

Le di un suave beso en la frente y me dirigí hacia el secuestrador que tenía una sonrisa enorme con los brazos cruzados.

Finney: ¿Quieres matarme cierto?(susurro)

Secuestrador: No me lo puedo creer.(responde susurrando)

Este suelta una risa amarga y se dirije a mi otra vez.

Secuestrador: ¿Te vas a sacrificar por ella? ¿Sabiendo que también va a morir?

Se me había paralizado el corazón por lo último que había dicho.

Finney: Ok, este es el trato, tu me matas, ella promete que no dirá nada acerca de esto, y la dejas libre.( digo susurrando)

Secuestrador: Estoy seguro de que dirá algo en las entrevistas o en los interrogatorios.

Finney: Le diré que solo diga su experiencia, pero no dirá nada de tu ubicación, o datos que podrían encontrarte.

Secuestrador: aja, ¿pero que tendré a cambio? ¿Matarte? ¿Arriesgar mi identidad confiando en una niña rebelde? ¿Que me encuentren? No me convence nada.

Finney: Te daré a cambio diversión, podrás torturarme, matarme y hacer lo que quieras con mis restos, pero solo te pido una cosa a cambio...quiero que la dejes libre, dame un solo día y la convenceré, me matas y la dejas en cualquier lugar de este pueblo.

El secuestrador lo estaba pensando, todo era secreto, estábamos susurrando y Laura nos miraba desde la otra esquina del sótano. Al voltear hacia el secuestrador, el esbozó una sonrisa.

Secuestrador: Ok, solo un día para que la convenzas, mañana será ese día de convencerla y el siguiente será para matarte y dejarla ir, ¿Trato?

Finney: Trato.

El secuestrador se lleva a su perro y lo sube, no antes de decir que iba a traer un botiquín de auxilios para los dos.

Tenía los puños apretados y todos los músculos tensos, nunca me había sentido así, no hasta ahora.

Laura: ¿Qué le dijiste?

Finney: Solo le dije que trajera unas cosas para curarnos.

Laura: Pero han tardado mucho para solo una cosa.

Finney: No te preocupes por eso, solo te voy a proteger.

Laura: Oye, me dijiste te amo, ¿esa rareza?

Finney: Solo demostré el afecto que tengo, ¿No puedo? (Digo en tono burlón)

Laura: Ya, yo también te amo, ¡No me dejaste decirlo!

Sonreí por lo que ella se puso un poco tímida así que lo usé en su contra.

Me acerqué un poco y le dejé un suave beso en sus labios que hizo que se sonrojara un poco lo cual me hace soltar una pequeña risa.

El momento se interrumpe cuando el sonido de la puerta se suena abriéndose.

 𝑬𝒍 𝑻𝒆𝒍𝑒́𝒇𝒐𝒏𝒐 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒐: 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝑰  ✔️         Donde viven las historias. Descúbrelo ahora