Capítulo 10

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Al día siguiente, me desperté primero que ella así que fui al baño y me lavé la cara para después planear como podría convencerla y prepararme para dejarla...

Tan solo pensarlo me hacía sentir como un gusano.

La amaba, y ella a mi.

Y la iba a dejar con el corazón roto solo por dejarla ir con su familia, feliz, sana y a salvo.

Mientras yo estaría cubierto de pura tierra y lleno de sangre.

No sabía como podía matarme, delante de ella o en otro lugar.

Si ella me viera morir, no serviría de nada que la hubiese dejado ir con su familia para estar "Feliz", le rompería el corazón en mil pedazos cuando me vea muerto.

Pero no quería que muriera.

No lo iba a permitir.

Solo disfrutaría las últimas horas con ella y le explicaría todo lo más comprensible y amablemente posible, conservando la calma...

"Conservando la calma..."

Una frase que no me identificaba en esos momentos cada vez que me recordaba de que mi muerte se acercaba.

De repente siento una pequeña mano en mi hombro que se desplaza hasta mi cuello enrollandolo.

Era Laura quien se había despertado y yo estaba sentado en la cama dándole la espalda.

Agarro una de sus manos y la aprieto un poco, muy dulcemente.

Finney: Buenos días.

Laura: Buenos....días. (dice adormilada)

Finney: Laura, necesito hablar contigo sobre una cosa...algo que no tengo mucho tiempo para darte detalles ni como surgió la extraña idea de esto.

Laura se había despertado completamente ante las palabras que había dicho, rápidamente acomoda su postura y ya era todo oído.

Laura: Si dime.

Finney: Yo...haré una cosa, por tu bien, voy a darle algo a cambio al secuestrador para que te deje libre, para que puedas ir con tu familia y puedas seguir viviendo.

Laura había quedado atónita al escucharlo, no dijo ni una sola palabra así que proseguí.

Finney: El te dejará en un lugar al azar y tu prometes que no dirás NADA absolutamente NADA sobre los datos de el o cosas así que lo puedan hallar, dirás que no le viste la cara o que no te recuerdas muy bien.

Laura seguía callada.

Finney: Dirás que te escapaste y que no sabes nada de lo que le pasó al secuestrador.

Laura: ¿P-pero que pasará contigo? ¿Q-qué le darás?

Por un momento me quedé callado, sabía que se negaría, la conocía como iba a reaccionar.

Finney: Eso no es importante. Lo bueno es que no morirás, te irás de aquí a cambio de esa promesa, si la rompes, el secuestrador te buscará y te asesinará, así que por favor, hagas lo que hagas,
NO. DIGAS.NADA.

Laura se había quedado en un trance que con un chasquido la hice sacar de sus pensamientos, hasta que dice algo que hace que se me paralice el corazón.

Laura: ¿Vas a venir conmigo?

Finney: Y-yo...

La voz se me quebró.

Sus ojos me miraban con preocupación y esperanza, esos ojos grandes eran tan bellos pero también cuando son así...

Cuando sus ojos se ponen así...

No sé puede evitar desviar la mirada o simplemente soltar la verdad por pena.

Finney: No lo sé.

Laura vi como apretó la mandíbula y se le paró la respiración.

Laura: Tu...¿Vas a...morir?

Genial.

Su voz se quebró.

Sus ojos están lleno de lágrimas de cristal.

Ya me había descubrido.

Y no sabía que decirle para que se calmara.

Ella ya estaba negando con la cabeza.

Ay no...

Laura: No, No, No, No, No eso jamás Finney, tu no vas a...sacrificarte por mi.

Finney: Solo quiero que seas feliz...

Laura: ¡TÚ ERES LA RAZÓN DE QUE YO SEA FELIZ!

Grita haciendo que suene un eco muy repetitivo que causó un silencio profundo y largo entre los dos.

 𝑬𝒍 𝑻𝒆𝒍𝑒́𝒇𝒐𝒏𝒐 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒐: 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝑰  ✔️         Donde viven las historias. Descúbrelo ahora