Capítulo 15: El final.

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Secuestrador: Jugaremos a las  escondidas, al quien encuentre lo mato, y al que no se puede salvar si escapa, quitaré el candado que falta para que esta puerta. (La golpea con la mano) Este abierta, yo contaré aquí, y el quien salga, sale del juego y se salva.

Laura: ¿Y...si...los dos salimos vivos?

Secuestrador: Salen vivos igual, tengo que hacer mi mayor esfuerzo, al igual que ustedes...

Laura y yo nos miramos un poco confundidos, el secuestrador se dio la vuelta y quitó el candado de la puerta, se tapa los ojos y empieza a contar.

Secuestrador: 1...2...3...4...

Laura y yo subimos las escaleras lo más rápido que pudimos, la casa tenía segundo piso.

Habían muchas puertas, solo se escuchaba nuestra respiración agitada y la cuenta del secuestrador.

Secuestrador: 10...11...12...13...

Laura señaló una de las puertas y entramos a esa, las ventanas estaban con seguro y con cemento.

Finney: ¿Pero qué...?

Laura me jalo del brazo y nos fuimos al baño, habían pocas cosas para esconderse pero había una ventana abierta, era alta pero pequeña.

Laura: ¿Cómo la alcanzaremos?

Finney: Yo te cargo, sal tu primero, yo después.

Laura se sube a mis hombros y empieza a batallar para entrar por la ventana.

Secuestrador: 18...19...¡20! ¡LISTOS O NO!, ¡ALLÍ VOY!

Finney: ¡Rápido!

Laura ya había salido y se escuchó como callo en unos arbustos.

Busqué algo para montarme encima y encontré un sillón.

Secuestrador: ¿Están en el piso de arriba?

Se escuchaban las pisadas del secuestrador por las escaleras, corrí hacia la puerta y la cerré con seguro.

El secuestrador empezó a golpear la puerta muy fuerte, y yo solo podía apurarme para no morir.

Cuando me monté en el sillón, los golpes pararon, se habían detenido.

Quedé algo confuso así que cuando hice un ademán de bajarme, escucho los golpes de nuevo, pero eran diferentes, la puerta se estaba rompiendo.

El machete...

Me apresuré y mi cuerpo le costó entrar por la pequeña ventana.

Laura: ¡Rápido Finney!

La puerta ya se habría roto lo suficiente para poder abrirla.

Solo faltaba mi cadera para sacar toda la parte de abajo.

Secuestrador: ¡FINNEY BLAKE!

El corazón se me paralizó, ya estaba allí, adentro y me buscaba por el clóset.

Cuando ta pude sacar mis piernas, caí en el arbusto.

Finney: ¡Mi brazo!

Laura: ¡Vámonos, correr, levántate!

Me levanté y empezamos a correr lo más rápido que pudimos.

Vimos a lo lejos la estación de policía, el cual no dudamos en acelerar el paso.

Al llegar todos Armaron refuerzos y le dijimos en donde estaba el secuestrador, contactaron a nuestros padres y nos trasladaron a el hospital.

Me había roto el brazo por la caída, así que me pusieron un yeso.

Nos interrogaron y entrevistaron sobre nuestra experiencia, la noticia estaba en primera plana del periódico.

Laura y yo terminamos juntos y mi hermana se hizo muy amiga de ella, mi padre reflexionó la importancia de ser padre.

La mamá de Laura conoció a mi papá y ahora son muy cercanos.

Después de unos días fue el cumpleaños de Gwen y le hicimos una sorpresa.

En la escuela ya todos me respetaban al igual que a Laura.

Laura: Te amo Finney.

Finney: ¿Más que yo? no creo, jaja.

FIN...

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 𝑬𝒍 𝑻𝒆𝒍𝑒́𝒇𝒐𝒏𝒐 𝑵𝒆𝒈𝒓𝒐: 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝑰  ✔️         Donde viven las historias. Descúbrelo ahora