En la radio sonó una canción urbana por tercera vez en una hora, para cuando Freya termino de empacar ya se sabía la canción muy en contra de su voluntad, arrastró la única maleta que iba a llevar a la que sería su nueva casa, puesto que el resto del equipaje Marta se había encargado de llevarlo y organizarlo de manera previa.
En los canales noticiosos habían anunciado que el confinamiento no duraría más de un par de días por lo que el cambio de residencia no iba a durar mucho más que eso, pensar en esa posibilidad, en el hecho de que los científicos estaban trabajando buscando una posible cura para el virus y que todo esto que estaba pasando en el mundo entero era temporal le daba una pizca de esperanza, pero muy en el fondo ella sabía que todo era mentira, que todo estaba mucho peor de lo que informaban los medios de comunicación o redes sociales, tenía claro que una pandemia no se curaba en cuestión de días y que el virus era mucho peor de lo que dejaban ver, todo se estaba empezando a salir de control, el confinamiento obligatorio llevaba más de dos meses y todo empeoraba cada día.
—No pasa nada mami, esto será cuestión de días, además, sé cómo cuidarme sola, no te preocupes — dijo Freya con lágrimas en los ojos mientras intentaba sentir las manos de su madre a través del látex de los guantes que ambas estaban usando, era doloroso tener que separarse de ella.
—Voy a intentar aislar un espacio de la casa para que puedas regresar pronto, pero, mientras eso pasa, por favor cuídate mucho, no salgas de la casa por ningún motivo y mantén las puertas y las ventanas cerradas, no dejes que nadie entre a la casa, procura limpiar todo después de usarlo, usa el tapabocas todo el tiempo, cuando llegues a la casa quítate el traje protector en el pequeño vestíbulo que está a la derecha y después ponte alcohol en las manos y si puedes, esparce un poco por el vestíbulo, no entres con zapatos puestos, es más, quítate todo lo que lleves puesto y lo pones..., espera, voy a buscar una bolsa plástica para que pongas las cosas.
Marta entro a la casa y volvió con una bolsa grande de plástico negro y se la entregó a Freya mientras intentaba acomodar el traje protector aun cuando sabía que no podía ser más seguro. Siguió dando recomendaciones sus buenos diez minutos adicionales, ella era una mujer muy dada a las demostraciones de afecto con sus hijos y con su familia en general, pero desde hacía ya unas semanas había tomado la vocería de la familia y su comportamiento más bien meloso había cambiado a ser más práctico y meticuloso, fue ella la que tomó la decisión de enviar a su hija a la casa de su mejor amiga, que por esos días se encontraba desocupada ya que su amiga se hallaba fuera de país en el momento en que anunciaron cierre de aeropuertos y confinamiento obligatorio en todo el país, por lo que se vio forzada a permanecer en el exilio, por lo menos hasta que abrieran los aeropuertos.
En vista de que la casa en la que residía la familia Badenes no se caracterizaba por tener espacio de sobra, y no es que no pudieran permitirse un lugar más grande, simplemente era que vivían en esa casa por mero sentimentalismo, fue la primera casa que pudieron comprar Marta y Alejandro cuando se casaron y nunca más la abandonaron, la volvieron su hogar, el lugar, aunque pequeño, era muy cómodo y les permitió criar a tres hijos, Freya, por ser la mayor de los tres hermanos debió ceder su habitación a sus abuelos paternos, era lo que se debía hacer debido a los recientes acontecimientos, a la chica no le molestaba en absoluto ceder su habitación, era su manera de aportar, no había mucho que se pudiera hacer, el virus había cambiado por completo la manera de vivir de todos y no había nada que hacer al respecto, todo lo que se decía referente a una cura eran meras suposiciones o conspiraciones o ambas. Tener que alejarse de su familia le dolía, pero ver a su madre mientras seguía dando instrucciones a diestra y siniestra le daba cierta tranquilidad, lo valiente que era esa mujer, lo mucho que la admiraba, Freya no podía cuantificar la cantidad amor que sentía por ella, ciertamente se sentía un poco inútil y entendía perfectamente que lo mejor para todos era que los abuelos, los cuales eran población de alto riesgo se quedaran en la casa con su mamá, la persona más organizada que conociera.
De todas maneras, tener una casa grande a su entera disposición no tendría por qué ser un problema para ella; quizá no sería igual estar en una casa que no le pertenecía, en un espacio diferente, un cambio ambiente no le hace mal a nadie, aunque los cambios de ambiente no era algo que agradará mucho a Freya. Ignorando por completo los veinte minutos que llevaba Marta haciendo advertencias acerca del distanciamiento social, Freya se acercó y la abrazó con fuerza, esperando que su madre le diera una reprimenda por eso, pero no fue así, Marta le devolvió el abrazo.
—Mi niña, me mantendré en contacto contigo a diario, no te preocupes por nada y haz caso a todo lo que te dije ¿Escuchaste todo? ¿Quieres que te envié los tés de jengibre, limón y canela preparados? Creo que es mejor porque no quiero que los vayas a preparar mal y te hagan daño de estómago.
Marta siguió dando instrucciones el minuto que duró el abrazo mientras seguía luchando por hacer que el traje fuera aún más protector; Freya intentaba contener la risa y el llanto que peleaban por salir, toda esa situación le sobrepasaba, pero estaba decida a superar todo y ser un apoyo para su familia, por lo que sorbió por la nariz y se separó de su madre con toda la dignidad que pudo.
—Má, intenta no volverte loca con Timi y Nao todo el día acá en la casa, quédate tranquila que yo voy a estar bien, me voy y en cuanto papá se comunique contigo por favor avísame, voy a estar pendiente, te amo mami, todo va estar bien, no te preocupes.
—También te amo mi vida entera.
Acto seguido Marta corrió a la casa, Freya pudo ver cómo se deshacía del traje, el tapabocas, los guantes y el resto de la ropa, quedando en ropa interior en el pequeño vestíbulo que está en el interior de la casa y al que se podía ver gracias a la puerta de vidrio. Freya se iba de su hogar con un poco de incertidumbre por todo lo que podría llegar a pasar mientras ella no estaba, pero con la esperanza de que la despedida fuera breve.
Hola Chikistrikis
Gracias por seguir aquí, espero que te este gustando la historia, disculpa la demora en la actualización, no te voy a mentir descaradamente, no he estado haciendo nada, solo no he tenido muchas ganas de escribir porque bueno, soy floja.
De todas maneras debes saber que hago esto con todo el amor del mundo, intento contar la historia de muchos aquí y espero que te sientas representada.
Gracias otra vez, te quiero mucho.
No olvides deber awiita
😘😘😘
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Todo este tiempo juntos
Fiksi RemajaZanni y Freya se conocen de toda la vida y la mayoría de todo ese tiempo se han evitado, puesto que no se agradan, ahora, tras varios años de no saber nada del uno sobre el otro, se han visto en la obligación de guardar cuarentena juntos debido al c...