7.00 am

377 53 16
                                    

Qi Rong, se encontraba durmiendo con el pequeño Guzi.

La alarma sonó y una pequeña manita la apago.

— Buenos días papá.

GuZi comenzó a picar con su dedito una de las mejillas de su mayor, mientras que esté seguía roncando sin inmutarse.

— Papá llegaremos tarde.

Aquel menor jalo un mechón de cabello ocasionandole suficiente dolor para despertarlo.

— ¡Estoy despierto, estoy despierto! — con los ojos cerrados, tallo su ojo derecho y dió un gran bostezo antes de empezar a gritar—, ¡GUZI QUE TE DIJE DE DESPERTARME ASÍ!

— Que no lo hiciera — un ligero puchero se plantó en los labios del menor—, ¡pero papá!, no despertabas, incluso cuando estuve picando tu mejilla.

— Dios, es muy temprano — por fin abriendo los ojos, Qi Rong volteo a ver a su pequeño que trataba de bajarse de la gran cama, una sonrisa apareció en su rostro e inflo su pecho de orgullo.

Ese pequeño niño lo había defendido del idiota de Lang Qianqiu.

Ayer por la noche, ese estúpido lo vio en la Universidad junto con GuZi y le empezó a decir que de dónde se lo había robado...

Ese imbécil, si sólo supiera la verdad.

— ¡Qi Rong de dónde sacaste a ese niño, devuelvelo con sus padres!

— ¡Qué te importa basura inútil, déjanos en paz!

— ¿Por qué le grita a mi papá señor?

— ¿Tu papá?

— Sip, es mi papá. Me cuida desde siempre.

El ojimiel tenía los ojos tan abiertos que por poco salían de sus órbitas. No podía creer lo que estaba escuchando.

— ¿Desde cuándo robaste a este niño?

— ¿Qué?

Qi Rong había creído que ese hombre el cual le gustaba, era un poquito más inteligente de lo que aparentaba... Pero se trago sus palabras, era un completo idiota.

— ¿Te lo robaste de un hospital?

— Qianqiu, no seas imbécil — el pelinegro, tomo a su niño de la mano—, vamos mi cielo. No quiero que te juntes con este señor idiota.

— ¡Oye!

Antes de que pudiera dar incluso cinco pasos Lang Qianqiu se puso en su camino, otra vez.

— ¿Qué quieres estúpido?

—Devuelve a ese niño.

— Ajá y yo no estoy enamorado de ti.

— ¿Qué?

— ¿Qué?

Ambos tenían su cara de confusión, uno porque de manera estúpida había dicho sus verdaderos sentimientos y el otro porque no entendía que tenía que ver una cosa con la otra.

— Dame al niño, lo llevaré a la policía. De seguro lo buscan sus padres.

— Debes de estar jugando, no te lo daré.

De manera protectora tomo a GuZi para cargarlo y abrazarlo.

— Ni siquiera lo sabes cuidar, dámelo.

— No digas pendejadas — al decir esa palabra se arrepintio, pues su pequeño había escuchado—, GuZi mírame.

El pequeño de ojos marrones lo vio a los ojos mientras le regalaba una linda y tierna sonrisa.

— Mandé papá.

— La palabra que acabo de decir, es fea. No tienes que decirla o si no, tambíen te verás feo como yo.

— Papá tú no eres feo. Eres muy bonito — poniendo ambas manitas en sus mejillas prosiguió —, eres lo más bonito que he visto.

Qi Rong sintió calidez en su corazón y un ligero rubor se instalo en sus mejillas.

El ojimiel se desconecto por un momento, pues a pesar de no congeniar con el contrario, estaba de acuerdo con aquel pequeño de chaleco rojo.

— Vamos a casa, mi bebé.

El pelilargo había olvidado la existencia de su amor platónico, lo único que le importaba en ese momento era llevar a su pequeño hijo a su hogar.

Lang Qianqiu, reaccionó después de ese pensamiento.

— Dame al niño, no lo pienso repetir.

— ¡Cómo eres castroso! — Qi Rong, suspiro frustrado mientras conectaba su mirada con el contrario, mandando al diablo su nerviosismo—, escucha bien que no lo pienso repetir... ¡NO TE LO DARÉ, ES MI HIJO Y ESTOY SEGURO QUE LO CUIDO MEJOR DE LO QUE TÚ PODRÍAS HACERLO!, ASÍ QUE —dandole una sonrisa sarcástica mientras le sacaba el dedo medio sin que el menor se diera cuenta, finalizo—, ¿te puedes quitar de mi camino? Por favor.

Sin esperar respuesta, el ojiverde lo rodeo y salió del campus sin nadie persiguiendolo.

— Papá, hay que bañarnos.

La tierna voz de su hijo lo saco de sus recuerdos, con una sonrisa se paró de la cama también, para tomarlo de la mano y encaminarse al baño.

No es tan malo como dicen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora