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Después de la cena, Guzi había quedado rendido, durmiendo plácidamente en uno de los sillones del dueño de la casa.

Por su parte Lang Qianqiu, también estaba teniendo sueño, en su cuerpo original no podría haber comido eso, pero estando en el cuerpo de un niño no le veía nada de malo.
Sus pequeños ojos se cerraban poco a poco, luchando contra el cansancio pues no quería quedarse con Qinghua, él sabía quién era  y tampoco quería que los mayores se quedarán solos, tenía miedo de que el castaño le dijera la verdad al ojiverde y este volviera a tratarlo de manera fría o dejarlo simplemente ahí, teniendo que regresar a su casa vacía.

Shang acompaño a Qi Rong a su casa, pues ambos menores habían quedado rendidos en los sillones.

— ¿Vas a estar bien?

— No te preocupes Shang, estaremos bien.

El castaño estaba indeciso en si decirle a su amigo lo que había descubierto o no.
No le había prometido nada a Lang Qianqiu, pero no se sentía con el derecho de hacerlo. Aunque le agrado la idea de que había cambiado la percepción del ojimiel sobre Qi Rong.

— Es tarde, ve a descansar a casa.

— Oye Qi Rong.

— ¿Sí?

El ojiverde estaba dejando las mochilas en la sala, estaba pensando seriamente dónde dormiría Lang Qianqiu.

El castaño se había quedado observando a la nada sin nada que decir.

— No te preocupes Shang, sea lo que sea que me vayas a decir. Recuerda que nunca te reprochare nada, tendrás tus razones para decirme o no.

Qinghua intuía con esas palabras que su amigo el pelinegro ya sabía sobre la verdadera identidad del pequeño de ojos dorados.

Sin decir más, le dió un abrazo despidiéndose.

Qi Rong fue al dormitorio de GuZi, dónde ambos menores se encontraban dormidos.

Retiro los zapatos de ambos, junto con sus calcetines. Y los vio dormir.

Guzi había llegado a ponerle color a su mundo lleno de grises. Sí, había sido complicado pero sentía que lo estaba haciendo bien.

— ¿Papá? — el menor de ojos castaños se levantaba mientras tallaba su ojito izquierdo con su manita.

— Hola cariño, llegamos a casa — Qi Rong le había dado un beso en su cabecita mientras se sentaba en el alfombrado piso—, vamos a bañarte.

GuZi estiró sus manitas para que lo cargará, cosa que hizo.

Ya en el baño, en la bañera llena de burbujas, el menor estaba más despierto mientras le lavaban su cabellera.

— Papá, hay algo que debo decirte.

— ¿Mmh?

Qi Rong se encontraba muy concentrado en lavarle el cabello, ya que no se había dado cuenta que tenía ciertas manchas de lodo.

— Sé quien es A-Qiu.

Los movimientos se detuvieron, Qi Rong lo miraba confundido. ¿Acaso sabía que era Lang Qianqiu? Imposible, si solamente lo había visto una vez.

— ¿Y quién es bebé?

— Es tu compañero de escuela.

— ¿Compañero de escuela?

— Sip, el de ayer. El qué te dijo que no me cuidabas y me habías robado.

...

¿¿¿¡¡¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!!!???

No es tan malo como dicen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora