Daphne Kellett
Falta tan solo una hora para que comience el peor día de toda mi vida, bueno, no literalmente, son las 6:00 de la mañana y en teoría ya empezó; a lo que voy es que hoy empezaré las clases en el instituto al cual asisten mis hermanastros. No estoy emocionada en absoluto, todo mi ser siente miedo de solo pensar que seré la nueva y que todos posiblemente tendrán sus ojos sobre mi, como si quisieran ver mi alma para ver si soy digna de recibir sus palabras.
Mis manos empiezan a sudar y el portazo detrás de mi hace que el lápiz resbale de mis dedos dejando un gran rayón sobre el dibujo que estaba haciendo. Esta pudo ser la obra más importante de toda mi vida y por el susto que me he llevado la acabo de arruinar. Al darme vuelta para reclamarle al culpable observo a Luka tumbado en mi cama boca arriba manteniendo su mirada en el techo de mí habitación. Solo llevamos una semana conviviendo como hermanastros y me trata como si nos conociéramos de toda la vida. Por ejemplo, entra sin permiso a mi cuarto.
Un suspiro escapa de sus labios antes de que pueda protestar. Aunque no lo conozco del todo, puedo deducir que algo no anda bien. Su mirada viaja en las estrellas nocturnas que tengo pegadas en el techo y terminan en un punto fijo, que desde donde me encuentro no puedo deducir.
—¿Qué sucede?. —Me atrevo a romper el silencio al acercarme al borde de mi cama mirándolo preocupada. —¡Ey! no me ignores. —Me quejé empujando al chico.
—Perdón, y no, no es nada. Solo quería venir a molestar... —Silencio otra vez, no, esto no es normal. Por el tiempo que llevo con él me he dado cuenta que nunca se queda callado, siempre tiene algo que opinar o algún chiste que decir; pero hoy es diferente, aunque puede ser porque es muy temprano aún. — Ya es hora de desayunar, vamos. —Solo se paró, caminó un poco y me esperó en el marco de la puerta, donde me hizo seña de que me olvidaba la mochila.
—¿Seguro que todo está bien?. —Insistí. Un suspiro por parte de él y una mirada entre molesta y divertida me dió una respuesta bastante confusa. Creo que la teoría de que era muy temprano acertó.
La cocina estaba desierta, ni una mosca se veía. A pesar de que amo ese silencio, con Luka no duró mucho. Como ya mencioné, él no es alguien tranquilo y callado.
—Bueno... ¿Qué quieres para desayunar?.— Se acercó a la nevera.
—Creo que solo comeré esto, no tengo tanto apetito. —Levanté una manzana del frutero que estaba en la isla de la cocina. Con estos nervios ni ganas de comer me dan. Me quedé mirandola un rato hasta que desapareció, por un momento creí que tenía poderes hasta que escuché la insoportable voz de Noah.
—Gracias. —Típico de él aparecer de la nada. Me mirá sin ninguna expresión y mientras se dirige a la puerta marcando con sus dientes la manzana que tenía anteriormente yo en las manos. —Tardaste mucho y no tengo todo el día, niña. Suerte la próxima.
Frunzo el ceño enojada porque era la última que quedaba. Solo porque tenga 18 años y esté por entrar a una universidad no significa que pueda robarme la comida. Le dedicó una última mirada a mi preciada manzana que ahora Noah ya terminó y desechó.
—Toma, para que al menos comas algo y no tenga que ir a soplarte el culo para que despiertes. —Y ahí está el Luka molesto que conozco. Antes de que salgamos le agradezco y le doy un buen sape entre risas. Si bien no soy fan de las barritas de cereal, esta de yogur y frutilla me encanta.
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Mi estómago no paraba de dar vueltas, y mi cabeza no ayudaba. Estaba a solo unos pasos de la puerta de mi salón y un preceptor ya me había llamado hace 2 minutos más o menos. Luka salió preocupado junto con el maestro y me preguntaron si me encontraba bien. Un "Si" fue lo único que fuí capaz de pronunciar antes de entrar al salón con la mirada baja.
Mis manos sudaban mucho y no podía dejar quieta mi pierna derecha. Me removí inquieta tratando de prestar atención, pero lo que ocurría a mi alrededor a pesar de no ser importante, me desconcentra mucho. Por suerte ya estaba sentada en mi lugar, además la "presentación" no fue nada más que decir mi nombre completo y esas típicas palabras que todo nuevo dice.
Lo que espero con ansia es el próximo receso. Estar aquí adentro es algo incómodo y siento que alguien no me quita la vista de encima. Miro para todos lados buscando al acosador y solo veo a todos en su mundo... Esto es raro...
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Holaa! Espero que les guste este primer capítulo. Me esforcé mucho por escribirlo y narrarlo, así que me gustaría que esto reciba apoyo y cariño para que esta historia que recién empieza siga.
¿Quién es el o la que mira a Daphne? ¿Cuales creen que son sus intenciones? si quieren comentar sus "teorías" lo apreciaría mucho
815 palabras (sin estas).
Hasta acá por hoy y no se olviden de dejarle apoyo a Daphne para que pueda superar su ansiedad en su primer día. Chauuuuuu
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Pensar con claridad
Novela JuvenilQue te observen por ser la nueva o el nuevo en una secundaria o universidad es lo más incómodo que nos puede llegar a pasar, ¿no?. Tu mente no te deja en paz y la típica pregunta "¿Y si no consigo amigos?" retumba en tu cabeza una y otra vez. Las ma...