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*narra Dumbledore*

Me tomó del brazo y nos metimos en sus recuerdos.

Parecía que estabamos en un patio de una escuela o algo parecido, había muchos niños jugando y corriendo por todos lados...

De pronto, una niña pequeña corría hacía una aglomeración, parecía un corro formado de niños que reían y gritaban emocionados, supuse que se trataba de Irazebeth.

Seguimos a la niña.

-¡Eh, eh!, ¡déjenlo en paz!

Con sus pequeños brazos abrió las filas de niños, los gritos cesaron, la miraban con desconcierto.

"¿Estás bien?"

Al centro del círculo se hallaba un pequeño niño tirado en el suelo, estaba hecho un ovillo, lloraba y tenía el rostro golpeado.

-Sígueme- la Irazebeth actual me sacó de ese escenario.

Avanzamos hacía otro recuerdo...

El patio ahora se había transformado en un comedor grande, aunque no tan vasto como el gran comedor de Hogwarts, este lucía triste y menos ostentoso.

"¡Puedes sentarte a mi lado, ven!" la misma niña que habíamos visto antes agitaba su brazo felizmente en el aire, trataba de llamar la atención de alguien, giré para ver de quien se trataba: el mismo niño que yacía en el suelo se acercaba algo indeciso hacía ella.

"Soy Irazebeth, ¿y tú?"

 "Soy Tom, Tom Ryddle"

Ese...ese niño era...ese niño era...Tom Ryddle...

Giramos por una fracción de segundo y cambiamos de escenario en un abrir y cerrar de ojos, me mareé un poco, la edad empezaba a hacerme efecto.

Era un lugar muy reducido, casi no había espacio, Tom e Irazebeth estaban arrodillados en el suelo, ella lloraba.

"Tranquila Betzi, no importa si esos señores no quieren adoptarte, yo cuidaré de tí y te protegeré siempre, eso te lo juro..." Tom la abrazaba.

Me sorprendió esta versión de Voldemort, es decir, ¿Tom había sido capaz de amar alguna vez?, parecía que llegó a tener sentimientos positivos...que contrariedad...

Cambiamos de nuevo, esta vez nos encontrábamos en el mismo patio, pero Tom y ella eran mayores.

"mira" la niña reía y le mostraba la mano a Tom, me acerqué para ver mejor, debía de ser algo impresionante, porque el chico mostraba una cara de perplejidad: de la palma de su mano crecían unas bellas flores moradas de la nada, cada vez más y más grandes.

Tom retrocedía, tenía un gesto que mezclaba admiración y estupefacción.

"Co...¿cómo lo has he...hecho?"

Irazebeth se encogía de hombros. "no lo sé, solamente lo pienso y se hace realidad"

"¡enséñame!, ¡tienes que enseñarme a hacerlo!"

"pero Tom...¡ya te he dicho que no sé como lo hago!"

"¡Mentirosa, mentirosa!"

Tom se alejaba corriendo mientras una contrariada Irazebeth se quedaba detrás, sollozando.

Un cambio más.

Un Tom y una Irazebeth adolescentes discutían acaloradamente.

"Ya te he dicho que no me gusta esta parte tuya, Tom. La venganza nunca te conduce a nada bueno, tus padres no tienen la culpa de lo que pasó, la magia no debe de ser usada para herir a nadie, yo..."

Aimer encore (Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora