Cap 11: Subasta del mercado negro

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Era un lugar apartado, una mansión rodeada de bosque, seguramente la mansión de vacaciones de algún noble, al entrar por una cerca de color negro, se podía ver un camino de ladrillos adornado con varios arbustos meticulosamente cuidados, si uno miraba a los lados podía ver un gran jardín, este parecía muy cuidado. Los faroles iluminaban el camino en lo oscuro de la noche, se podía ver una fuente en el centro del camino, está fuente tenía dos estatuas de sirenas muy bien detalladas con un estilo grecoromano, estás tenían unas vasijas de las cuales salía agua.

Al pasar por la fuente se podía ver la fachada de la imponente y majestuosa mansión de doble aguja. Para entrar un hombre de apariencia temible, deberías entregarle una invitación, por suerte Lilith ya había conseguido una para los dos, lo cual era sorprendete ya que normalmente habría una lista de espera de un año para inscribirse, pero se podría decir que "convenció" a alguien para que le diera su invitación.

Al entrar les llevaron por un elegante piso de mármol tapizado con alfombras de terciopelo rojas, los muros estaban decorados con todo tipo de ostentosidades como cuadro y esculturas.

Después de entrar por una sala y bajar unas escaleras que parecían discretamente escondidas detrás de unas puertas con mecanismos, uno llegaría a lo que parecería el interior de un teatro, Ethan el cual estaba vestido de unas ropas elegantes que había comprado ese día y la máscara que consiguió en la primera mazmorra, subió junto a Lilith a lo que parecían unos asientos vip en lo alto.

Ethan lucía una chaqueta levita larga y ajustada de terciopelo negro, con una silueta entallada y elegante que realzaba sus hombros y torso. La chaqueta estaba adornada con bordados plateados, añadiendo un toque sofisticado.

Debajo de la chaqueta, llevaba un chaleco de un profundo color morado oscuro, decorado con botones ornamentados. Complementando el atuendo, llevaba una camisa blanca de seda con cuello alto.

En la parte posterior del cuello del traje, destacaban unas plumas grises y moradas que caían en un elegante efecto cascada. Estas plumas armonizaban perfectamente con la máscara que cubría la mitad de su rostro, moldeada en forma de pico, lo que le confería la apariencia de un astuto cuervo. La apariencia de la máscara podía cambiar según los deseos del usuario después de todo.

A su lado se encontraba Lilith, está estaba deslumbrante, no tenía ninguno de sus rasgos demoníacos característicos y su cabello era más largo. Ella vestía un vestido ajustado que resaltaba si silueta y curvas. Este era un vestido con corpiño elegante de color rosado y con motivos dorados, acabado con una falda corta con un corte diagonal que le daba un toque glamoroso a la chica. Su pelo rosado estaba peinado de manera elegante, mientras sus ojos verdes se escondían debajo de una máscara. Su apariencia había cambiado pero era igual de bella, una habilidad de las súcubos es la de cambiar su apariencia.

Ethan se sentó en un elegante asiento revestido de terciopelo rojo mientras empezaba la subasta.

Se podía ver un mar de gente elegante y ostentosa claramente ricos y burgueses (mercaderes muy ricos que ascendieron en la clase social). Los murmullos cesaron cuando apareció un pequeño hombre de rasgos marcados con un traje plateado, este tenía una nariz exageradamente grande y puntiaguda, Ethan pensó que que hacía ahí el elfo doméstico de los black, ya que le recordó a este en apariencia, usando su ojo del catador pudo ver que era humano, pero que había nacido con una mutación extraña. El subastador empezó a hablar, aún hablando normalmente todos podían oírlo, seguramente por algún artefacto. Este explicó las reglas de la subasta con una voz chillona, para que entonces unas cortinas de color carmesí se abrieran dejando mostrar el escenario, en el se podía ver encima de una mesa, lo que parecía una corona de color grisáceo, está tenía gamas incrustadas, aún estando lejos Ethan lo podía ver con detalle por su ojo del catador, en cambio Lilith tuvo que recurrir a unos prismáticos pequeños que se les había proporcionado.

Isekai: Un festín de sangre en otro mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora