Cap. 5

413 58 5
                                    

' El placer de ser virgen '

Sentí como algo grueso y húmedo rozaba contra mi cuello. Su respiración se hacía cada vez mas forzada, al punto de que parecía estár soltando uno que otros pequeños gemidos contra mis labios. Traté de forcejear nuevamente, pero mis intentos de escapar eran inútiles.

Me alarmé al sentir como sus manos se deslizaban desde mis hombros hasta mis caderas. De repente, estas me apretaron con fuerza y de un momento a otro le dio media vuelta a mi cuerpo, dejándome de espaldas con la cara en el asiento e inclinó mis caderas hacia arriba como si estuviese acomodando el cuerpo de un muñeco.

—¿Q..qué crees que estás...? n..no, espera, no hagas eso... ¡detente!

Hice un último intento de alejar mis manos de él, haciendo lo posible por escapar de allí pero él seguía sujetándome como si estuviese agarrando las hojas de una debilucha rosa.

Tan débil...

De repente, mi cuerpo fue levantado con fuerza y sentí como mi espalda chocaba contra el pecho de aquél hombre. Su respiración podía escucharse algo espesa y los latidos de su corazón resonaban en mi cabeza como si fueran los  míos propios.

Déjame usarte— Nuevamente se encontraba aquella cosa puntiaguda rozando mi cuello. Deslizándose desde mi pecho hasta mi barbilla, obligándome a levantar la cabeza y llevándome la sorpresa de que había un espejo en el techo del auto —Sólo por un rato... prometo eliminar cada evidencia que nos delate.

Sus manos se paseaban con lentitud por mi abdomen, sacando de los botones restantes que abordaba mi camisa y finalmente dejando expuesto mi pecho y abdomen.

Quería cubrirme. No me gustaba mostrar mi abdomen porque desde que tengo memoria, siempre tuve problemas con mis pechos. Se suponía que era un chico... pero, ¿por qué mis pechos eran más hinchados que el de los demás chicos? ¿Por qué mis pechos se achicaban ante el mínimo rose con la tela que usaba para cubrirlos? ¿Por qué sentía placer al tener tal acercamiento con otra persona?

Sin ser consciente, estaba negando con la cabeza mientras apretaba de mis ojos. Negándome a sentir su toque sobre mi cuerpo y cerrando mis ojos ante el miedo de que alguien abusara de mí en plena calle. Tenía miedo. Miedo de ser usado. Miedo de ser abusado. Miedo de ser tocado... sólo quería salir de allí lo antes posible, pero mi cuerpo no colaboraba en lo absoluto.

—Sal de mi cabeza imbécil... Sé que no eres real, ¡sal de mis putos pensamientos!— grité con todas mis fuerzas y forcejee contra su agarre.

Sólo pude escuchar su risa sarcástica y su mano derecha apretó con fuerza de mi cuello.

—Es un sueño, esto no es real.
es un sueño... no es real— repetí unas cinco veces.

Creí que me iba a estrangular o que me terminaría ahorcando, pero lo único que sentí fue en como este le daba la vuelta a mi cuerpo para luego sentarse, dejándome a mí apoyado sobre sus piernas mientras me miraba fijamente sin vergüenza alguna.

Nuestras miradas se conectaron por unos segundos. Los suficientes para hacer que me sonrojase ante el apuesto rostro que traía, pero sacudí mi cabeza para volver a recuperar mis sentidos y recordar que estaba con un posible acosador que me forzaba a tener algo que yo no había pedido.

Me tachas de acosador... ¿pero admites tener sueños húmedos con un desconocido?

Me molestaba. Empezaba a odiar su simple existencia y el hecho de que intentara manipularme me hacía enfurecer... pero no entendía la reacción de mi cuerpo. Estaba enojado y no está demás mencionar que también estaba algo asustado, pero mi cuerpo se sentía totalmente opuesto a lo que mi mente decía sentir.

INTRUSO - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora