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Me inspiré un poco en este y creo que estoy saliendo del bloqueo, pero necesito concentrarme en esto para salir al cien.

Gracias 🤧

Feliz Lectura

El Alfa Darius se pone de pie para caminar a mí y tomar mi cintura en un movimiento posesivo y nada tierno. Paso saliva entendiendo que el olor que desprende es porque es mi pareja. También lo olí, y no supe reaccionar, sólo disfrutaba del aroma.

—Darius…

—Te quiero lejos de ella—James pone un gesto oscuro en sus ojos antes de alejarse algunos cuantos pasos y lo que el Alfa que me sostiene hace, me sorprende mucho.

Me carga y me lleva a su lugar sentándome en sus piernas al hacerlo él, me siento rara porque no se supone que yo esté aquí. Pero mi pareja, Diosa, no pudo ponerme a otro en mi vida que tuvo que ponerme un Alfa.

Por reflejo llevo mis ojos al lobo que todavía dirige mi… la que era mi manada y paso saliva. El hombre parece a punto de saltar encima de la mesa para matarme frente a mi pareja sin importar las consecuencias, o bien, matar a mi pareja para que no le diga todo lo que me hizo.

—Una de mis omegas es tu pareja—la luna actual de mi manada sonríe ante ese hecho—. Espero no sea molestia que…

—Quiero una habitación más grande para mí y mi pareja—la luna asiente despacio con cierto malestar en sus ojos—. Dina—la pelirroja hace el gesto de estarlo escuchando—. Sería bueno que acompañarás a mi pareja al mercado y compres ropa más adecuada que estos trapos que lleva puestos.

Me hago pequeña en mi lugar porque sé que un Alfa merece más que una Omega que no hacía nada de provecho en su manada más que cuidar del hijo menor cuando se enferma o de mantener limpio el suelo por dónde camina otro lobo.

Darius me ofrece de la comida que hay en su plato y a pesar de que me gustaría aceptar él se quedará sin comer y eso no es verdaderamente justo así que niego, pero parece que hablo con la pared cuando me da un poco de la comida y la mete en mi boca.

—No hace falta que me dé su comida, Alfa.

—Darius. Ya puedes llamarme por mi nombre.

—No hace falta, Darius—me cuesta mucho decir eso—. Puedo comer en el servicio…

—No. Somos pareja, y vamos a comer por partes iguales lo que haya en el plato.

—Sólo será hoy.

Diosa.

Darius sigue dándome de comer en la boca mientras le deja claro a los presentes que como me encontró aquí será difícil que dejé los tratados no se cumplan.

Me pongo de pie cuando el plato queda vacío por eso hago en levantarme para recoger los cubiertos, pero el brazo de mi pareja me deja en donde estoy y al girar mis ojos a él hace un gesto de que debo quedarme sentada en mi lugar.

No digo nada sólo me quedo en donde estoy, la loba está que brinca en un pie y es la que me lleva a recostarme contra él para que el olor que proviene de él se impregne en mi nariz dejándome claro que es un aroma que no puedo dejar pasar porque está diseñado para mí, y mi aroma para él.

Los aromas de las parejas varía mucho, porque cada lobo es diferente y siempre se combinan los olores para que a tu pareja le agrade estar junto a ti, en mi caso huelo a pino y tierra mojada, con otros olores de humedad que me hacen sentir viva, no sé que huela él.

Agradece la cena antes de decir que tiene que hablar conmigo de algunas cosas, nos ponemos de pie para caminar a la habitación que le dieron, ninguno de los dos dice algo referente a lo que nos une, ni siquiera sé muy bien porque mierda me asignaron con él como pareja, suspiro sintiéndome rara porque no era esto lo que esperaba al encontrar mi pareja, imaginaba un Omega como yo o un Médium, no un Alfa como Darius.

Noche OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora