Decir que tenía miedo sería poco, su cuerpo temblaba al pensar que debía volver a ese lugar, una casa que jamás vio como su hogar, con alguien que ni siquiera sentía el mínimo afecto por él.
—Sólo será una noche.
Muto estaba junto a él, quizás por eso aún no entraba en crisis, tomando la pálida mano para darle seguridad.
—Creo que quiero irme— murmuró con miedo, mirando a su capitán.
Yasuhiro solo le sonrió, acarició la pálida mejilla y se inclinó un poco para besar los labios resecos.
—Sólo una noche, y si no te gusta regresaremos a casa— aseguró, una vez que sus labios se separaron, pasó un mechón de pelo detrás de la oreja del menor y sonrió nuevamente —Yo dormiré contigo, no te preocupes…te prometo que nada malo va a pasar.
Haruchiyo vaciló unos segundos, miró de nuevo su antiguo hogar y suspiró.
No quería meter a Muto en problemas, y había prometido pasar una noche en su antigua casa para que Takeomi no molestará más. Pero simplemente no quería entrar a la casa, los recuerdos de aquellos amargos años donde solía llorar a escondidas lo invadía.
Soltó un largo suspiro lleno de resignación e inseguridad, dio el primer paso y se dirigió a la dichosa casa. El lugar era un desastre, había trastes sucios en el fregadero, el sillón parecía viejo y desgastado, el piso estaba lleno de lodo seco y basura, además que el lugar olía mal por la cantidad de basura acumulada.
Haruchiyo frunció su ceño, disgustado por la suciedad.
—Me quiero ir— murmuró el chico, mirando a su capitán.
Muto sonrió nervioso, acariciando la cabeza de Haruchiyo, era consciente de que su vice-capitán odiaba el desorden, quizás Haruchiyo era mimado, y exigente, pero jamás dejaba la cama destendida o los trastes sucios, el baño siempre estaba limpio y la ropa lavada y doblada.
Básicamente, Haruchiyo era la versión masculina del estereotipo "ama de casa".
Yasuhiro estaba por decir algo, quizás convencer a Haruchiyo que no era para tanto y podrían limpiar el desorden juntos, o ignorarlo, pero antes de hablar se pudieron oír el sonido de unos tacones bajando las escaleras.
—Haru, que bueno que llegas, tengo que ir con unas amigas al karaoke, la señora de limpieza renunció hace unas semanas y no hemos tenido tiempo de nada, te lo encargo— habló con rapidez Senju, mientras se colocaba unos aretes dorados.
Su vestido rojo, corto hasta los muslos y escotado, unos tacones blanco y un maquillaje exagerado, era evidente que iría a otro lugar y seguramente no llegaría a dormir.
Muto sólo arqueó la ceja confundido, la forma en la que la chica le hablaba a Haruchiyo era grosera, ordenandole cosas sin siquiera pedirlas con amabilidad, algo que usualmente Haruchiyo no permitía; pero para su sorpresa, el chico, solo asintió con pena y sin decir nada.
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5THA DIVISIÓN [MuSan] ✅️
Fiksi Penggemar[Contenido sencible] [UA sin viajes en el tiempo]