CAPÍTULO XXIII

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     Ethan

Teniendo en cuenta que aunque inusualmente, papá estaba haciendo minuciosa mención a cada integrante de Imperio Vega, no me extrañó cuando dijo el nombre de Alba. Pues desde que se graduó ha trabajado en la constructora con nosotros como la encargada de evaluar la salud mental de los futuros empleados o ayudar a los ya contratados con sus rollos y toda inestabilidad que pueda interferir en sus labores.

Pero ella en cambio, palideció y se quedó inmóvil como si no lo esperase.

En vista de que no iba a subir por cuenta propia, fui a por ella por dos razones.

La primera, es que como siempre... de verdad la quería a mi lado.

Y la otra, es que se me antojó la ocasión perfecta para dejarle claro al idiota de David que ella era mía, pertenecía a mi familia y teníamos un sólido vínculo en el que por más que intentase interponerse, nunca conseguiría romper.

Nunca

– ¿Cómo te encuentras? –susurré apenas tomé su mano, sentí su mirada intrigada cernirse sobre mí, hasta que comprendió que preguntaba por el malestar que tuvo al llegar.

–Perfectamente, gracias.

– ¿Te he dicho lo preciosa que estas? –continúe susurrando mientras caminábamos.

–Tú y todas las personas aquí presentes no me permiten olvidarlo. Me siento como tu muñeca a la que todos admiran.

Escucharla a ella misma llamarse mi muñeca desencadenaba una ola de posesividad en mi pecho muy intensa como para ignorar.

–Una de edición limitada a un solo ejemplar y que bien dijiste... es mía –murmuré cerca de su oído y noté como se estremeció, pero ya no pudimos seguir nuestra plática porque llegamos a nuestro lugar y mi padre continuó su discurso luego de abrazar significativamente a mi pequeña...

–Y es tanto mi hijo Santiago como Victoria que a pesar de aún no incorporarse al campo laboral, por ahora colaboran con su amor, apoyo incondicional y fe en la grandeza de este legado familiar, mientras se preparan claro, para ocupar su lugar –observé como mis hermanos sorteaban a las personas y llegaban hasta nosotros, realmente esto era una novedad, papá procuraba ser breve en sus discursos– Hoy, no solo agradezco los momentos vividos y la grata e incomparable experiencia que ha sido presidir esta compañía durante veinticinco años, sino que cierro ese capítulo de mi vida – «¿qué? ¿Había oído bien?» la sorpresa y los rumores de los espectadores no se hicieron esperar– Así como mi padre confió su mayor sueño a mis manos, yo creo que ha llegado el momento de retirarme y hacer lo mismo. Ethan, hijo –no salía de mi asombro cuando vi como papá le hizo una imperceptible seña a un camarero que inmediatamente avanzó con un bandeja con seis copas de champagne en nuestra dirección y por todo el salón se desplegaron más de ellos repartiendo copas a todos los invitados, joder... un brindis. Un puto brindis que tenía nombre, mi nombre...– nada me complace más que saber que Imperio Vega queda en buenas manos, en tus manos–hizo énfasis y alzó su copa al tiempo que todos le imitaron, excepto yo, hasta que Alba me dio un pequeño toque con el codo por las costillas y me vi obligado a reaccionar– ¡Por el nuevo presidente de Imperio Vega!

Todo lo demás fueron tintineos, aplausos y una ola de abrazos proveniente de mis familiares, dejando al último a mi padre.

Primero estrechó mi mano con la firmeza que se cierra un trato serio y formal.

Luego se volvió mi padre, el hombre afectuoso y orgulloso que me envolvió en un confortante abrazo.

Respondía por pura inercia, no miento.

Amante FielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora