Capitulo 9: Enfrentando la Oscuridad: El Camino hacia la Redención

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Encerrado en su nueva habitación, el padre Marcos esperaba ansiosamente conocer su destino. Los días se volvieron monótonos y solitarios, sumidos en la reflexión y la oración. Sin embargo, en medio de su confinamiento, una visita inesperada lo sorprendió.

Rider, el fiel Servant que había invocado años atrás, apareció ante él. Su presencia majestuosa llenó la habitación con una energía poderosa y reconfortante.

"Padre Marcos", dijo Rider con voz serena, "obtuvo información sobre el paradero de Elena. La han enviado a un convento remoto en las montañas de España. Está segura y protegida, pero lejos de tu alcance".

El padre Marcos escuchó atentamente las palabras de Rider. Sentimientos de alivio y preocupación se entrelazaban en su corazón. Saber que Elena estaba a salvo le otorgaba cierta paz, pero también anhelaba estar a su lado y enfrentar juntos las consecuencias de sus acciones.

"Gracias, Rider, por traerme esta información. Me reconforta saber que Elena está protegida", expresó el padre Marcos con gratitud. "Aunque mi confinamiento me impide estar con ella, confío en que nuestra fe y nuestras acciones futuras nos guiarán hacia la redención".

Rider asintió solemnemente, comprendiendo la difícil situación en la que se encontró su maestro. "No pierdas la esperanza, padre. Aunque las circunstancias parezcan adversas, recuerda que el poder de la redención y el perdón siempre están a nuestro alcance".

Con esas palabras, Rider se desvaneció en la habitación, dejando al padre Marcos sumido en sus pensamientos. A pesar de su encierro, su determinación se fortaleció aún más. Sabía que debía encontrar la manera de reconciliarse con su pasado y abrir un nuevo camino hacia la redención.

El padre Marcos se aferró a la fe ya la esperanza, prometiéndose a sí mismo que, cuando llegara el momento, se enfrentaría a su destino con valentía y humildad. La búsqueda de la redención continuaría, y él estaría dispuesto a aceptar cualquier desafío que el camino le presentara. 

Transcurrió un año desde que el padre Marcos había estado encerrado en la Santa Sede, y ahora se encontró frente al Cardenal una vez más. El líder eclesiástico le comunicó una noticia que cambiaría el rumbo de su vida.

"Padre Marcos", comenzó el Cardenal con solemnidad, "el jefe supremo ha tomado una decisión respecto a su destino. Serás enviado a una ciudad en Argentina, donde se libra una guerra por el Santo Grial. Tu papel en esta contienda será el de un observador y protector de la gente común. utilizars cubrir los daños producidos y brindar apoyo espiritual a quienes lo necesiten".

El padre Marcos escuchó atentamente las palabras del Cardenal, procesando la nueva misión que se le encomendaba. Aunque no era lo que esperaba, sabía que debía aceptarla y cumplir con su deber como siervo de la fe.

"Entiendo, Eminencia", respondió el padre Marcos con determinación. "Cumpliré con mi rol de observador y protector en esta guerra por el Santo Grial. Mi principal enfoque será cuidar y asistir a los afectados, brindándoles consuelo y esperanza en medio de la adversidad".

El Cardenal asintió, reconociendo la entrega y la determinación del padre Marcos. "Confío en tu capacidad para llevar a cabo esta tarea, padre. Tu experiencia y tu fe te guiarán en este camino. Que la luz divina te acompañe".

Con esas palabras, el padre Marcos se despidió del Cardenal y se preparó para partir hacia la ciudad argentina donde se bibliotecaría la guerra por el Santo Grial. Aunque su papel fuera de observador y protector, estaba decidido a cumplir su misión con dedicación y compasión hacia aquellos que necesitaran su ayuda.

La incertidumbre y los desafíos del futuro se extendían ante él, pero el padre Marcos sabía que, a través de su fe y su compromiso con los demás, encontraría el propósito y la redención que anhelaba.

Fate/Night in the Paraná ravines.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora