01. Día de partido

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Era temprano por la mañana cuando Julieta se despertó. La castaña no era precisamente la persona más madrugadora del mundo, si podía evitar despertarse temprano, lo iba a hacer en cada ocasión que pudiera. Había pasado años y años quejándose de cada vez que su mamá la despertaba por las mañanas, cuando tenía escuela, y su calvario parecía continuar en la edad adulta. Ese sábado había partido y como tenía que cumplir con su trabajo, otra no le quedó que madrugar.

El partido empezaba a las cinco y media de la tarde, y tenía que llegar a la cancha alrededor de las diez de la mañana, para poder organizarse y tener a su disposición todo lo que necesitaba para las redes sociales. El partido contra el Crystal Place no era el más importante de la temporada, era un partido que tenían que jugar para poder sumar puntos y si todo terminaba bien, podían ganar la Premier League al final de la temporada. El próximo partido importante venía en esos próximos días, el martes tenían un partido contra el Leipzig para clasificar en la Champions League, y todo aquel que trabajaba en el City estaba concentrado en semejante partido. Incluso la misma Julieta.

Ahogando un bostezo, la castaña se acercó hasta la sala de estar de su departamento minúsculo y se encontró con su nueva visita. Su mamá estaba sentada en el sillón, acariciando la gatita que Juli había adoptado hace unos meses, cuando sus ojos se conectaron.

—¿Qué te pasó? Parece que te atropelló un auto de formula uno.

Por si no era evidente, la mujer estaba obsesionada con la Formula Uno, y aún más con Fernando Alonso. El piloto español era el padrastro ficticio que Julieta tenía desde su adolescencia, o al menos, eso era lo que su mamá solía decir cada vez que tenía la oportunidad.

—Son las cinco y media de la mañana, es muy temprano para empezar a arreglarme. Primero necesito una buena taza de café.— reconoció ella, ahogando un bostezo y tratando de no quedarse dormida en el sillón, que era demasiado cómodo.

—Después te vas a arreglar un poco, ¿No? Trabajas con un montón de hombres atractivos, tenés que ir un poco más presentable, así te miran y se enamoran de vos.

Como si eso funcionara en la vida real. Los jugadores apenas le prestaban atención a algo más que no fuera la pelota, a veces tenía suerte cuando la decidían saludar y recordaban su nombre.

Su mamá estaba un poco ilusionada con la idea de que su hija cautivara a alguno de los futbolistas que jugaban en el City, y a Julieta sólo le importaba uno de ellos. Y lo que sucedía, era que su hija no era el tipo de persona extrovertida que iba por el mundo tratando de conquistar corazones. Le costaba mucho salir de su caparazón y solamente entraba en confianza una vez que se sentía cómoda con el otro. Eso le pasaba con Julián y con Máximo, dos chicos que eran introvertidos pero que al mismo tiempo, se sabían entender con la argentina.

Julieta soltó un suspiro y puso sus ojos en blanco.— Voy a ir con mi remera de One Direction y vos no te vas a oponer. Ya no tengo quince.

La mujer la miró mal.

I Think He Knows ⋆ John StonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora