Preguntas y más preguntas

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♠ CAPITULO 5 ♠

—NANI DESPIERTA, ES RE TARDE, FUCK!!! —Me dijo Annie, muy alterada —.

—Dejá los gritos, hija. Hoy entramos a las 1:30 p.m.

—DANIELA ELOÍSA, SON LAS 11 A.M. —Me dijo quitándome mi cobija —.

—¿QUÉ? ¿Y POR QUÉ NO ME LEVANTASTE ANTES? —Le dije mientras me paraba de la cama —.

—Tengo como veinte minutos tratando de despertarte. Pero bueno ya te despertaste, ahora dame una toalla para bañarme rápido.

—En esa gaveta —Le señalé el closet que estaba abierto —, agarra cualquiera.

—Ok, tú vas a bañarte ¿Cierto?

—Sí pero me baño en el baño del cuarto de invitados.

—Ok.

Agarré mi paño y me fuí corriendo al cuarto de invitados. Cuando entré, me desvestí rápidamente, y cuando abrí la puerta del baño, me conseguí con Pablo, quién estaba en interiores, con el cabello humedo y cepillandose los dientes.

—AHHHHHHH —Grité y de inmediato cerré la puerta —.

—OH MY GOD —Dijo Pablo después de mi grito al otro lado —.

—Dios Pablo, discúlpame de verdad —Le dije mientras me ponía mi paño como bata —, Annie y yo vamos tarde a la universidad y se me olvidó que estabas aquí.

—Jajajaja, tranquila princesa —Dijo Pablo, abriendo la puerta —, por tu cara, me dí cuenta que no recordabas mi presencia.

Pablo seguía en interiores, y les digo, no me da pena decir que evalúe a Pablo de arriba a abajo.

Pablo era un chico que media 1.75m (sí, era muy alto), cabello castaño, ojos color miel, piel blanca pero con un bronceado muy ligero, abdomen de batea (o sea, tenía los chocolatitos marcados), músculos definidos (era evidente que hacía ejercicio), piernas torneadas y una sonrisa hermosa y hoyuelos en las mejillas. Verlo así era, ufff. ¿Hace calor aquí? fué lo que pensé. También les confieso que en ese momento me volví devota de la virgen de los abdominales (solo los que han leído a través de mi ventana, entenderán).

—¿Te vas a quedar allí viéndome o vas a pasar? —Me dijo con una sonrisa pícara —.

—Oh jeje, lo siento mucho. Pero es que, madre mía Pablo, pareces hecho por los mismos dioses griegos —Le dije, arrepintiendome luego por lo que le había dicho —. DIOS, NO. Ay, una disculpa, que imprudente fuí.

—JAJAJAJAJA, que tierna te ves cuando estás nerviosa —Me dijo, saliendo del baño para dirigirse a la cama —. Supongo que viniste a usar el baño —Dijo mientras se secaba el cabello con otro paño —.

—Ehh, sí —Le dije, sintiendo como mis mejillas ardían por todo el escenario —, Annie se está bañando en el mío y yo bueno, vine a bañarme aquí, pero si tú ibas a bañarte no hay problema, yo...

—Dani —Dijo interrumpiendome y parándose enfrente de mí —, entiendo que estés apurada y estresada pero ¿No creés que yo ya me duché? O ¿Por qué creés que estoy en interiores y con el cabello húmedo? Además —Señaló el baño —Si te das cuenta, el baño parece un sauna.

Un amor... No tan adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora