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Minho

Seungmin respondía algunos mensajes, bien escondido de mi, como si no quisiese que yo los leyera.

Solo espero que no este haciendo éso otra vez.

—¿de dónde sacaste el dinero para el último pago?—pregunté como que no quiere la cosa. El relamió sus labios, nervioso.

—Vendí algunas ropas, trabajé unos días con amigos, cosas así. Mi sueldo, ya sabes, va la mitad a la cuenta de Yun y la otra para existir—dijo. Asentí, intentando convencerme de que era verdad.

Se levanto y su billetera cayó, estaba a tope

—Seungmin... Dime la verdad— dije, poniéndome de pie. Él miró a otro lado.

—Aún no he ido a poner el dinero al banco, es solo eso...— dijo.

—Seungmin... —jale del cuello tortuga de su chaleco, viendo las marcas rojas y violetas en su piel—Dime la verdad.

—¡Sí! ¡Lo hice!—dijo, con sus ojos llenos de lágrimas—Y me siento asqueroso, pero necesitaba el dinero—dijo. Chasquee la lengua.

—Yo podria haberte dado el dinero. No tenias que hacerlo. Me dijiste que nunca más lo harías—se sentó, cubriendose el rostro con las manos.

—Lo sé, pero la necesidad era más grande. Tenía que pagar ese dinero, bueno, mamá tenía que hacerlo, y si yo no lo hacia ella acudiría a la cuenta de Yun y no quiero que toque ningún peso de esa cuenta— dijo—Y.. Estoy harto de abusar de ti, Bin.

—Sabes que a mi no me molestaría darte millones de wons si es necesario—dije, abrazándolo—Te amo, Minnie. Y no quiero que te faltes el respeto asi.

—Minho, no puedo seguir pidiéndote dinero, ya pagas mi universidad. Siempre que he necesitado dinero me lo has dado y los regalos caros... Me siento mal— dijo—Más ahora que tienes un cargo encima. Tendrás un hijo, no puedes seguir gastando así en mi—dijo.

—Seungmin, te doy lo que yo quiero, es mi dinero, yo se si quiero regalarte algo caro o no—dije—En mi no me gusta gastar, pero si en ti, piénsalo como un regalo por aguantarme todos estos años. Ven aqui— dije y lo jale hacia mi, para abrazarlo y besar su mejilla.

—Ahi no...—murmuro con una sonrisita, reí.

—¿Donde entonces?—pregunte. Él mordió su labio y me beso suavemente, tomando mis mejillas.

Me siento mal, muy mal. Pero no puedo dejar de refugiarme en Seungmin.

Se sentó sobre mi, y mis manos sujetaron su cintura de manera automática. Mis palmas se colaron bajo su camiseta, acariciando su piel desnuda, el bajo sus besos a mi cuello, dando algunas mordidas. Jadee, apretando su trasero, su mano bajó, dándole un apretón a mi entrepierna, estimulando por sobre mi pantalón, gruñí y lo acerqué a mi, besándolo con furia. Jadeó cuando mis dientes encerraron su labio inferior.

Senti pasos en la escalera y él se movió, sentándose a mi lado rápidamente, tratando de arreglar el desastre de su cabello y ropa. Intente arreglar mi pantalon, tuve que colocar un cojin sobre mi erección.

—Ire a comprar, Minho—dijo Jisung.

—Yo me marcharé a trabajar—dijo Chan, despidiéndose de nosotros. Jisung, como siempre, lo besuqueó en la entrada. Mis puños automáticamente se aprietan. Seungmin me miro, y se puso de pie, yendo a la cocina.

Mierda.

Lo seguí y se servía un vaso de agua, con la mandibula tensa.

—Te gusta—dijo.

—Seungmin...

—Nada de "Seungmin" ni cosas. Deja de jugar conmigo. Si no vas a aclararme que solo tendremos sexo, no actúes como si en verdad yo te gustase— dijo. Se tomó el agua rápidamente

—Pero... Ahg—me cubrí el rostro, sin saber que contestarle.—Me gustas Seungmin, me gustas mucho. Pero me sigue molestando verlos juntos. Siento que Chan aleja demasiado a Jisung de mi, lo acapara mucho, y eso, además de alejarme de Jisung me aleja de mi hijo, no he podido compartir con él nada, ni siquiera me ha dicho cuándo le toca cita con el obstetra otra vez—dije. Seungmin mordió su labio.

—Lo siento. Me deje llevar por los celos—dijo y se acercó a mi, abrazándome.

—No importa bebé...— dije, besando su hombro, pues no alcanzo su frente, toy chiquito—Sabes... Nosotros, podríamos intentarlo.

Él sonrió y asintió, besándome con entusiasmo.

Jisung

Miré el suelo, con cada paso que daba, pisando algunos charcos, formados por la lluvia de anoche. El sexo con Chan es maravilloso, pero no paro de pensar en Minho. Mi lindo y tierno novio, no le gusta la idea de golpearme demasiado, o ser muy bruto conmigo, y eso me molesta un poco, pues mi mente comienza a divagar enseguida, pensando en las manos de Minho alrededor de mi cuello, cuando me jala el pelo y golpea mis muslos

¡Basta! Sacudí la cabeza.

Miré hacia adelante y mi pie se hundió en un charco. Intente volver por donde vine, para evitar problemas

—¡Han Jisung detente!

Nooo que hice para encontrarme a esta escoria.

Su mano apretó mi brazo, haciéndome frenar. Miro con asco mi vientre, mordí el interior de mi mejilla, tratando de soltarme.

—Ya, déjame. No quiero verte. Tú y ella me abandonaron, me corrieron...—dije.

—Sigues siendo mi hijo y debes hacer lo que yo te diga—dijo arrastrandome con él—Te quitaré ese niño a patadas.

—Ni te atrevas a tocarme hijo de puta—dije entredientes. Él me dio un golpe con su palma abierta.

—Iremos a casa. A menos que quieras que te patee aqui mismo— sentí mis rodillas temblar de miedo.

—Ya suéltame, déjame ir. No me volverás a ver en tu vida—dije—Ya no tendrás un hijo, déjame ir—meti la mano en mi bolsillo, intentando llamar a alguien. Su mano me sujeto del cabello y me lanzó al suelo. Mierda, no hay nadie en la calle. Intente pararme pero su pie se posicionó en mi pecho, evitando que me mueva. Si pie descendido, hacia mi vientre, haciendo presión. Hice una mueca de dolor—Por favor, papá, basta—pedi. Tengo mucho miedo, no quiero perder al garbancito, No quiero. La primera patada llegó, con fuerza, sacándome un fuerte quejido de dolor—No lo hagas por favor—pedi lloroso. Llegó la siguiente, con más fuerza, sollocé. Me falló la respiración, intente buscar oxígeno con desesperación, y sentí que podría haberme roto la nariz con esa patada. Su pie seguía instalándose en diversos sectores de mi cuerpo, sacándome quejidos de dolor. Intensos quejidos. Intente ponerme de pie para huir, y volvió a patear mi vientre. Me rodee este con los brazos, intentando en vano proteger al garbancito.

—¡¿Qué cree que esta haciendo!?— la voz de una mujer hace que mi padre detenga las insistentes patadas a mi cuerpo. Tosi, Intentando respirar. No le importo y volvió a dar una patada, en mi cabeza.

—Me das asco, Jisung— sentí mis piernas húmedas.

No. No por favor.

Necesito a Minho aqui.

S E G E N •ᴍɪɴsᴜɴɢ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora