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Pov Tom

Había pasado un mes exacto desde que no volví a ver a Bill, aún mantenía contacto con él pero no mucho, en parte porque él estaba medio raro, me hablaba muy cortante o siquiera me hablaba a diferencia de los primeros días que me enviaba mensaje casi todos los días, sin embargo no lo tomé tan a pecho ya que probablemente estaba enojado por haber estado aplazando la visita, y sabiendo como era, terminaría liandome más, por eso mismo me aseguré de hacer bien mi trabajo, con las entregas y el entrenamiento, aprovechando eso para estar fuera de casa, mi tía estaba ahí, eso era bueno, en verdad, pero no me apetecía para nada seguir ahí.

Lo bueno es que al menos podía salir con georg con tranquilidad sabiendo que no me estaban persiguiendo como si fuera un puto asesino, Georg ya estaba al tanto de todo, obviamente no se lo tomó a broma pero tampoco esperaba que lo hiciera, no dijo nada, era de esperar también, si lo que me decía me entraba por un lado y me salía por el otro.

Hoy particularmente me sentía demasiado estresado, mal humorado, quizá no quería admitir que la actitud de Bill me molestaba, pero era bastante egoísta de mi parte querer que estuviera detrás mío cuando yo fui quien puso límites en nuestra relación, también podía ser debido a el excesivo entrenamiento que estaba teniendo pero al menos estaba rindiendo fruto, mis reflejos habían mejorado, incluso Jason me permitía ir con los grupos de picoteo, que era básicamente intimidar a quienes no pagaban su deuda, obviamente con intimidar me refería a reventarlos a golpes.

Esa era la única parte que no me atrevería a comentárselo siquiera a George...mucho menos a Bill.

- qué con esa cara? - levanté la vista, ahí estaba mía, suspiré y rasqué mi mejilla cerca de mi lunar.

- sí, ya sé, también lo noté, hoy estoy más hermoso de lo normal. - di un sorbo de mi cerveza y volví a mi teléfono donde estaba abierto el chat de Bill, estaba en línea y no me decía un puto hola, como puede pasar de mandarme 20 mensajes al día a ignorarme 20 días.

- jajaja...es que nunca cambias Tomi. - levanté la cabeza cuando sentí el peso en mi pierna ya que ella se había sentado ahí muy cómodamente moviendo mi gorra hacia un lado.

- a qué te refieres?

- bueno ...es difícil mentir para tí, se te nota en la cara el mal humor, porque no te relajas un poco. -  a la par que decía eso acariciaba mi otra pierna, la miré y eché mi cabeza hacia atrás cansado, manteniendo mi mirada fija en ella viendo como se me acercaba a los labios - la verdad... Tengo que hacer algo ahora. - tomándola de la cintura la hice a un lado haciendo que de sentará en el sofá mientras yo me paraba.

- no me jodas Tom! Es que ahora eres maricón! - empezó a carcajearse uno de los idiotas que estaba cerca.

- apuesto a que yo la tengo más grande! No te pongas triste mia y ven conmigo!

- la verdad que rechazar a una puta que no te cobra sólo lo hace Tom, está loco.

Escuché como balbuceaban aquellos idiotas y yo salía frustrado de ahí con el teléfono en mano viendo que volvía a salir de línea, ahora sí, me estaba dando por las bolas realmente, no quería parecer las típicas niñatas que querían que su ganado esté detrás suya solo para subirse la autoestima, pero literalmente hasta yo me sentía así, tenía una abstinencia de atención por parte de Bill que me estaban enloqueciendo.

Guardé mi teléfono y subí a mi moto yendo junto a Georg quien estaba esperándome en la plaza con dos latas de cerveza, dejé la moto a un lado y me senté al lado de él suspirando exageradamente a lo que él abrió los ojos y me pasó la lata.

- vaya...y ahora? Tus tíos volvieron a follar en la cocina?

- ugh...ya estaba olvidando eso maldito...pero no, es Bill.

MENTIROSO  |  TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora