「El chico alto de ojos rojos como la sangre y pelo plateado se dirigía hacia la delgada muchacha que aún lo observaba, confundida. Este se encorvó hasta llegar a la altura de la chica y posó con delicadeza sus gruesas manos sobre los pequeños hombro...
Michiro no era la única que no terminaba de procesarlo todo, sino que ninguno podíamos terminar hacerlo.
Nuestras sospechas eran ciertas, y es que su mente estaba siendo controlada, pero lo que menos esperábamos es que fuese por el maldito de Zeldris.
— ¿Sabéis quién es Kazūo? — Vi como básicamente todos mis compañeros fruncían su entrecejo, mas yo simplemente elevé mis hombros con indiferencia. — Él también trabaja para los Mandamientos. La primera vez que conoció a Shirou realmente sintió algo por ella, ya que simplemente era un mesero común, pero luego de dejarlo, el enano lo reclutó. Sabía que en un futuro también le sería de utilidad al haber sido el primer amor de su ❝juguete❞.
— ¿Algo con Michiro? ¿Quién cojones es este tipo?
— Las semanas que tu no estuviste, Michiro se encontró con este joven. Al parecer fueron pareja años atrás y terminaron bien, mayormente por que ella quería continuar con su viaje y él quedarse allí donde vivían. — Me calmó un poco la mano que el Pecado del Orgullo colocó en mi espalda. — Tranquilo, no creo que ella sienta algo por él aún, más si ahora estás tú.
No quería aceptarlo, pero los celos me comenzaron a atacar. Sin embargo, sabía que no tenía razones, ya que según Escanor no pasó nada en su reencuentro más que un abrazo y ya, pero me da rabia que fuese casualmente cuándo yo no estaba.
O quizá no fue casualidad.
Recapitulando lo sucedido, Michiro se encontró su ex precisamente cuándo yo no estaba, y yo me besé con un Mandamiento cuando ella tampoco.
Y los dos trabajaban para Zeldris.
No necesitaba más para saber que había sido planeado por ellos, probablemente porque su enamoramiento hacia mí les supondría un problema.
«Uh, enamoramiento. Suena muy bien.»
— ¿Y porqué no lo dijiste enfrente de ella?
— Porque ella debe seguir actuando normal frente a él, de otro modo podrían descubrir que lo ha recordado todo o que yo estoy vivo. Adivina qué ocurriría después.
— ¿La Guerra?
— Exacto, estallaría la Guerra. Es mejor hacer tiempo, planear una estrategia y entonces atacar. Si lo llega a saber, su actuación sería, según mis prejuicios; horrible.
No pude contener un par de carcajadas, ya que conocía a la fémina, y coincidía con Gowther en la idea de su nula capacidad de mentira.
— Lo mejor es que ahora que nosotros estamos enterados, la protejamos lo más discretamente posible.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Michiro
Muchos recuerdos y sensaciones en un segundo vuelvieron a mi memoria, nublándome por un momento.
