𝖨𝗇𝗍𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖼𝗂𝗈́𝗇

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Narradora.

El suelo frío, manchado de rojo por la sangre de la chica nublaba la vista de los presentes.

Algunos lloraban desconsoladamente, mientras los ojos de la casi difunta se cerraban, recordando apenas partes sueltas de todo el camino que había recorrido para acabar allí, muerta.

(...)

La chica de baja estatura y pelo morado caminaba entre las calles de Liones, las cuales estaban repletas de personas aquel día.

Se dirigía al castillo del pueblo, puesto que su amiga más querida se encontraba allí. Era una princesa, más exactamente, la 3ª al trono, Elizabeth Liones.

Aquella preciosa muchacha tenía un pelo sedoso que era envidiable, quizá por su color, o quizá por su suavidad. No obstante, también tenía un cuerpo desarrollado, un flequillo que le otorgaba un aura amigable, y un ojo tan azul que se confundía con el mar.

Nuestra protagonista siempre daba gracias de tenerla como amiga, no sólo por la amabilidad de la misma, sino que gracias a ella, pudo salir de un oscuro agujero del que a otros les habría sido imposible.

— ¡Michiro! — La de cabello plata corrió hacia la que acababa de entrar por el gran portón del Castillo. La abrazó con fuerza, haciendo que por la diferencia de alturas, aplastara su cara contra los pechos de la ojiazul.

Tras unos breves segundos, la soltó, con una sonrisa que parecía contagiosa.

— Te he hechado muuuucho de menos. — Elizabeth hizo un puchero, aún con sus manos sobre los hombros de la chica — Hace un siglo que no nos vemos.

— Nos encontramos antes de ayer. — Respondió con ironía su contraria.

— ¡Tenías que fastidiarme el dramatismo!

Las dos rieron mientras se dirigían al cuarto de la más alta. Una vez allí, tras un gran recorrido hecho por risas y bromas, Michiro se probó uno de los vestidos ligeros que la princesa tenía, por obligación principalmente.

Dio varias vueltas una vez lo tenía puesto, para luego caminar hacia una de las ventanas de la habitación y abrirla, apoyándose poco después en el alféizar de la misma, sintiendo el aire en su cara.

El dúo de mujeres era muy conocido en Liones y los reinos vecinos

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El dúo de mujeres era muy conocido en Liones y los reinos vecinos. Era lógico, pues que una princesa se relacionara tan cercanamente con una plebeya de clase baja, era algo extraño en la realeza.

Ya que sí, nuestra protagonista era extremadamente pobre, y si no fuera por la heredera, probablemente había muerto por hambre o sed.

La historia de Michiro era algo triste, teniendo en cuenta su corta edad, incluso menor que la de Elizabeth.

Iba a cumplir dieciséis años aquel mismo mes, por lo que sólo tenía un año menos que la del pelo plateado, aunque aún no la conocía en ese entonces.

「 𝐓𝗋𝖺𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖣𝖾 𝐄𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝗋𝗍𝖾 」- Ban × Female Reader -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora