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Narradora

Para Ban se le hacía completamente extraño que Michiro estuviera tanto tiempo en la cama, vagueando.

Fácilmente habrían transcurrido horas en las que la muchacha no bajaba, y ya directamente no había desayuno en la mesa para ella. Ni siquiera la vajilla.

Es por esto que subió hacia la habitación, para asegurarse de que todo estaba bien.

— ¿Amor? ¿Estás bien?

El Pecado se adentró en su habitación tras haber subido todos los escalones, encontrándose que en el interior de esta no estaba situada su amada, como momentos antes lo había estado.

Arrugó la frente, extrañado. Insepccionó el baño, el armario, la ventana... Todo estaba en el mismo estado menos la localización de Michiro.

— ¡Merlín! ¿Puedes subir un segundo, criaja? — Segundo después de ese llamado, la susodicha apareció en el umbral de la puerta con una sonrisa puesta, esperando a ver qué tenía que decirle su compañero.

— Qué quieres, maldito zorro. — Le dijo en broma.

— Antes de ir a preparar el desayuno, Michiro se quedó en la cama vagueando. Ahora no está, pero todo sigue igual que cuando me fui.

La hechicera llevó una de sus manos a su barbilla, pensando. Posteriormente se dirigió a la cama, susurrando unas palabras antiguas que provocaron que algunas partículas extrañas en la superficie de la cama se elevaran.

— Efectivamente, esto son restos de ella, como piel muerta, caspa... Estaba claro que estuvo aquí.

— Eso ya te lo he dicho yo, idiota.

— ¿Me vas a dejar hacer mi trabajo? — Lo miró mal. — De hecho, preferiría que te fueras.

— No voy a irme sabiendo que mi novia está desaparecida.

Rodando sus ojos, la de hebras azabaches continuó inspeccionando la habitación, continuando la pronunciación de aquellas palabras.

Hubo un momento en el que se quedó estoica, observando una esquina de la habitación. Aquella presencia ya la había sentido antes.

Minaris surcē, polado aema... — Conjuró, haciendo que al instante toda la habitación se volviese oscura, como si los hubiera tragado un vacío oscuro y negro.

— ¿Dónde estamos?

— Hay restos de magia oscura, la misma que usa Zeldris y la misma que noté en el restaurante este... ❝La Taberna de Los X Olvidados❞.

— ¿Ese no es el bar de mierda en el que conocisteis al perdedor este? ¿Kakūo?

— Kazūo, Ban.

— La misma mierda. — Contestó molesto. — ¿Y qué tiene que ver él en esto?

La contraria calló, dejándole obvia la respuesta al mayor.

Ambos comenzaron a recorrer el lugar, haciendo el menor ruido posible y atentos a cualquier señal de la chica, pues aunque desconocían el poder del moreno, sí que sabían que podrían encontrarse con Zeldris si actuaban mal.

Pasó un tiempo completamente indefinido en el que la pareja avanzaba a ciegas, mientras que la ansiedad y la desesperación del hombre se agravaba.

Sentía el enorme presentimiento de que algo iba mal.

⚠️

Michiro Shirou

Ya ni siquiera tenía fuerzas para tener los ojos abiertos.

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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「 𝐓𝗋𝖺𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖣𝖾 𝐄𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝗋𝗍𝖾 」- Ban × Female Reader -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora