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Transmisión reestablecida.

-Tras la ausencia de No.1 algunos cambios se dieron en el sector, primero, No.5 tomó el liderazgo de dicho grupo. Además, meses después, llegó una nueva recluta, nada más y nada menos que No.362, quien había dejado el cargo de líder supremo en la posterior (o anterior) edición del «tú las traes», comenzando un proceso de solicitud de asignación a uno de los sectores, y gracias a sus antiguas influencias es que logró contactar sin problemas con No.5, sosteniendo ambas una charla privada, que se extendió por al menos tres horas, dando como resultado su integración en el equipo. La verdad es que encajó rápidamente con el resto, teniendo alguno que otro desliz con Memo, ya que el gordito intentaba seducirla ocasionalmente, pero después del quinto intento fue puesto en su lugar, pues Rachel les admitió abiertamente el haber estado enamorada de No.1 (y aún lo seguía estando). El equipo sobresalió mucho con la llegada de la rubia, sus habilidades estaban a la altura de lo que se creía era el mando que sostuvo. Ella y número cinco siempre fueron las más sobresalientes del conjunto. Con el tiempo, No.5 ya sabía quién sería el nuevo jefe del sector, ni más ni menos que Rachel.

Misiones y misiones fueron llevadas a cabo. Fiestas, reuniones, amistades nuevas, adultos nuevos intentando dañar a los niños y nuevos niños integrándose a las filas de KND. El tiempo se fue volando. La despedida de No.5 fue extremadamente dura, pero eran conscientes de que sería la primera, después de todo era la mayor de ahí. El Wero no quería aceptarlo, le costó muchísimo. Si bien se mostraba siempre como el típico chico rudo, la verdad es que esas situaciones siempre terminaban por derrumbar sus aparentes muros de hielo en su corazón. No obstante, no hubo momento en que 3 no estuviera ahí para apoyarlo. Ambos se apoyaban cuando el otro sufría. Con la salida de 5 del personal, las batallas fueron más duras para el sector V, habían perdido ya a dos grandes pilares. No.362 hacía lo mejor que podía, pero sabía que debía llenar rápidamente ese hueco. Al tiempo otro chico se hizo presente entre todos, el cual congenió bien con No.2, 3 y 362, teniendo una fuerte rivalidad con 4, ya que sus personalidades eran muy similares. Con el tema del amor no hubo problema alguno, ya que este recluta pasaba de 3 y 362, él ya tenía su novia de otro sector.

El tiempo siguió su curso, hasta el día en que 362 ya tenía los doce años de edad, Kuki tenía once, el Wero y Memo igual y el último recluta, siendo el más joven, tenía diez. Todos estaban platicando rutinariamente de sus actividades, cuando repentinamente un anuncio de emergencia llegó hasta su monitor. El líder supremo de Los chicos del barrio estaba convocando a todos a la base lunar. El sector V se apresuró a ir a su nave. 362 dio la orden de despegue y Memo puso los motores en marcha. A los pocos segundos ya se encontraban atravesando la atmósfera, sin nada que los pudiera detener. Al llegar, se reunieron con los otros KND en la sala principal, a la espera de lo que se les fuera a anunciar. Cada uno del equipo intentó obtener algo de información preguntando a alguno otro de sus camaradas cercanos a estos, pero nadie sabía nada al respecto. No.362 esperaba que no fuera algo de suma gravedad, no obstante, desechó la idea, porque la forma en que los habían convocado le decía que era todo menos algo apacible. Pasaron algunos minutos desde que arribaron y todavía no hacía acto de presencia el líder supremo, lo que comenzó a desesperar a los presentes, siendo silenciados por la voz de No.363. Este, molesto por el alboroto, les anunció que el líder supremo, número cuatro mil cuatrocientos cuarenta y cuatro (4444), se presentaba ahora mismo. Cosa que fue así-

>Chicos del barrio, los he convocado aquí porque se nos ha hecho llegar un mensaje sumamente aterrador –todos estaban a la expectativa-. Pero primero los pondré en contexto. Hace aproximadamente dos años, uno de los mejores agentes de KND fue reclutado para formar parte de una organización ultra secreta de KND, de la cual pocos eran conocedores –colocó sus manos en el atril para discursos, apretando las orillas-. Ni siquiera los líderes supremos sabíamos de su existencia. Nos reunimos con los científicos de KND al recibir el mensaje, optando que no podíamos quedarnos en silencio. Voy a ceder el micrófono a número setenta y cuatro mil doscientos treinta y nueve (74239), para que explique el resto. Adelante.

Operación: G.E.N.O.C.I.D.I.O.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora