La Princesa y el Ninja.

~•Capítulo 9•~

~~Hinata POV~~

No podía apartar mi mirada de aquel desconocido. Quería preguntarle cómo sabía mi nombre, pero las palabras no brotaban de mis labios, y debía suponer que todos los ninjas estaban enterados de quién era yo realmente, sobre todo sobre mi estancia en la aldea de la hoja.

Por el momento estaba muda y lo que menos quería hacer ahora, era decirle a alguien que recién vengo a conociendo lo que estaba sintiendo.

__ No debería derramar lágrimas por un hombre que no las merece-.. soltó de repente aún con su mirada sobre mí.

No sólo sabe mi nombre, sino que también puede ver a través de las personas. "Qué interesante Ninja".

__ Cómo puede saber que lloró por un hombre-.. dije con un voz firme y suave-.. hay muchos motivos por las cuales las damas pueden derramar sus lágrimas.

__ Porqué es lo que veo-.. contestó seriamente-.. ya que tiene exactamente la misma mirada de una mujer que conozco, y ella si derramó lágrimas por un hombre.

__ Es muy sabio para ser solo un ninja-.. me incorporé del suelo, mientras acomodaba mi larga falda de color rosa-.. y también muy inteligente-.. lo halagué.

El joven pelinegro poco a poco se empezó a acercar a mí, hasta quedar a tan solo unos centímetros de distancia, mientras me ofrecía su mano.

__ Gracias por el cumplido, viniendo de usted princesa es muy halagador, ahora permítame-.. me dijo aún con su mano alzada -.. de llevarla a su hogar.

__ Y porqué debería ir con usted, si apenas lo conozco.

__ Soy un ninja-.. aseguró-.. nuestro deber es protegerla, claro si usted desea quedarse en este bosque, llenó de animales salvajes es su problema!!

__ ¿Animales salvajes?-.. repetí incrédula y asustadiza.

__ Por supuesto, acaso no sabía que a está hora, es cuando más los animales cazan, y yo sé que-.. me miró de pie a cabeza-.. usted sería una presa muy fácil de cazar.

__ Aceptó-.. hablé rápidamente antes de que seguirá con su discurso y asustándome-.. dejaré que usted me llevé a mi hogar.

__ Bueno vamos-.. volvió a ofrecerme su mano y que yo acepté sin dudar.

Me aferré a su mano, mientras andábamos, le señale un poco por donde se podría encontrar la mansión hyuga, ya que ni yo misma recordaba el camino a casa. Él asistió con la cabeza, pero no dijo nada e incluso parecía saber el camino mejor que yo. Trataba de hacer memoria, de donde lo había visto, pero mi mente estaba bloqueada.